Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Presentada en el Salón de Frankfurt en noviembre pasado, Bentley no ha perdido la oportunidad de desglosarnos a la que no es sólo su primer SUV, sino a aquella que ellos mismos definen como la más lujosa y potente del mercado.
Para demostrarlo, en esta ocasión nos comparten todo el entramado de cables que posibilita las múltiples funciones de un vehículo de este talante. Tal complejidad abarca cuatro sistemas de radar de largo alcance, doce sensores de ultrasonido para estacionamiento, siete sistemas de cámaras, sistema de balance de suspensión de 48 voltios, estéreo con 18 parlantes, asientos con calefacción, ventilación y masaje y por supuesto, un refrigerador con capacidad para una botella de champaña.
A decir de los responsables, la mayor parte de las líneas de código para que todo lo anterior funcione son de desarrollo propio. Más aún, cada camioneta recibe un arnés de tejido distintivo, en función de las varias opciones que haya agregado cada uno de los propietarios de manera personalizada.
El cableado no sólo sirve para activar funciones como la iluminación o los cristales eléctricos, también sirve para enviar y compartir grandes cantidades de información de las computadoras que monitorean en tiempo real aspectos como la estabilidad, el funcionamiento del tren motor y hasta la temperatura de la cabina, con 90 módulos de control y ordenadores, divididos en siete redes internas diferentes.
“Cada red tiene un uso primario distinto, pero todas se integran para trabajar en conjunto. No tenemos un sensor para una función dada, cada sensor alimenta de información en varias funciones diferentes”, señala Stuart White, jefe de módulo del sistema eléctrico del Bentayga.