Por Manuel Fernández (@Mfer_89; desde Salinas, California)
Bien se sabe que los BMW M Performance constituyen aquellos productos que con ciertas mejoras en relación a otros autos de la marca, no llegan a la radicalización o profundidad en sus modificaciones de los BMW M tradicionales. Aún así, la X4 M40i exhibe cambios suficientes como para justificar otro nombre y dar otra experiencia de manejo.
Además de la vuelta de tuerca sobre el motor N55 de tres litros con turbocargador de doble entrada (a 360 hp y 465 Nm), la suspensión tiene resortes y barras estabilizadoras de más rigidez. BMW también especifica que el cámber de las ruedas es único de esta versión y que el sistema de tracción total xDrive envía más fuerza al eje trasero en condiciones normales. La dirección eléctrica de desmultiplicación variable también tiene un ajuste adicional hecho por la división M, así como los frenos.
En la práctica, se obtiene una SUV ágil y muy fácil de llevar a un ritmo entretenido por carreteras sinuosas si pensamos en sus casi dos toneladas en vacío. Incluso en asfaltos y vías que ofrecían varios cambios de altura, constantes irregularidades y variaciones repentinas en la trayectoria, jamás se hizo evidente algún vicio que indicara torpeza. El sacrificio es un andar que no llega a ser tan homogéneo dado el recorrido acortado al amortiguar, aunque en la modalidad Comfort es perfectamente tolerable para la utilización diaria y en Sport tampoco califica de rígido.
El tacto de la dirección de paso variable (en la que la relación de giro entre el volante y las ruedas no es constante sino que aumenta) es tal vez lo más extraño para los más sensibles y puristas. Su dureza de repente podría no percibirse del todo natural, aunque eso no es merma para su precisión y para aprovechar las capacidades de la X4.
En todo caso, lo mejor por un largo margen es la mancuerna entre motor, caja y sistema de tracción. Los dos primeros facilitan una respuesta excelente y una abundante reserva de aceleración en toda condición entre el sobrado torque y elasticidad del 3.0 desde muy bajos regímenes, las pocas revoluciones que se pierden entre los ocho cambios y las siempre rápidas reacciones de la transmisión (se vaya o no en modalidad Sport). Vale la pena mencionar que en Sport y Sport+, tienden a oírse algunos gorgoreos del seis en línea a través del escape y la Steptronic da unas leves patadas a propósito entre marchas, como queriendo dar un manejo más emocionante.
Queda un sistema xDrive que se asegura, así el asfalto esté sucio o la superficie esté muy resbalosa, de que tanta energía se administre con facilidad y se de un buen margen para ser más agresivos incluso desde el arranque, pues usando la función Launch Control, la M40i vence la inercia sin rechinidos o dramas y solo sale con toda contundencia.
En lo demás, queda por mencionar un interior intuitivo en términos ergonómicos si bien austero en ciertos detalles de acabado, tal como en otras X3 y X4.