Por Gilberto Samperio (@gilsamperio) Fotos: José Luis Ruiz
Una de las ventajas asociadas a los coches híbridos y eléctricos es el nulo pago de tenencia, exención del ISAN y la extensión de la medida doble cero para la verificación. Si bien estas “cualidades” son suficientes para cualquier coche alternativo, BMW sube el nivel con la posibilidad enchufable o conectable a la red eléctrica de su X5 de pretensión ecológica.
Su motor de dos litros turbocargado resuelve bien la tarea de movilidad pese a su considerable masa –más de dos toneladas en báscula–, el impulsor eléctrico le otorga algo más que un dinamismo inicial complementario: ofrece el chance de usar únicamente energía eléctrica para su desplazamiento. ¿La ventaja? Gracias al puerto para recarga estacionaria, su motor térmico deja de ser el completo responsable de su provisión energética.
Si bien el rango de las baterías resulta exiguo –la carga completa dura tres horas; cubre apenas 25 km–, puede ser suficiente para una movilidad citadina sin grandes demandas de distancia o masa. Ello deja abierta la posibilidad de usar menos gasolina, incluso olvidarse del combustible fósil por varios días de la semana si disponemos de la instalación de recarga en la casa o tengamos a la mano una electrolinera, que hoy por hoy son relativamente gratuitas.
Bajo esta óptica, y siempre que las condiciones se presenten, la X5 deja de fungir solo como un vehículo representativo y también aporta su granito de arena como medio de transporte de intención verde.
Por fortuna no pierde la esencia de manejo ágil, obligadamente condicionado por el mayor peso, pues durante nuestra valoración en la ruta habitual de montaña se percibe casi igual, con un ligero subviraje al trazar las curvas de radio corto y una respuesta menos contundente al pisar el acelerador cuando salimos del trance de cambio de rumbo. Siendo honestos, el aporte del ingenio eléctrico ayuda un poco menos de lo esperado. De hecho, en nuestra prueba de aceleración, las baterías apenas cumplieron un par de kilómetros a fondo. Después de eso, el dinamismo queda a cargo del endotérmico.
Por lo tanto, el rendimiento de gasolina no resulta tan notable en la carretera, y el apoyo de motor eléctrico se aprecia básicamente en rebases o incorporaciones a vías rápidas. Y es que su masa y reducido paquete de baterías le juega en contra de cara a los planteamientos exhibidos por otros híbridos.
Sin embargo, la oportunidad surge por el lado pragmático pues si hay la posibilidad tanto física como financiera de montar el cargador específico -según algunos allegados, el costo rondaría los 40 mil pesos–, y nuestra movilidad diaria no supera los 20 km, bien podría amortizarse ese pago inicial en menos de un año, ya que no habría necesidad de cargar combustible salvo para viajes más largos.
En suma, esta variante híbrida enchufable de BMW llamada X5 xDrive40e, puede ser una opción muy atractiva para aquellos conscientes de la terrible contaminación ambiental, así como la cara ahorrativa en combustible hacia el largo plazo, antes de que lleguen los coches eléctricos de manera masiva. Solamente el precio pudiera desanimar a los menos pudientes o amantes de la deportividad de la casa bávara.
Unidad probada
1,144,900 pesos (a fecha de la prueba)
NOS GUSTA
– Aspecto conocido
– Ahorro energético
– Dinamismo suficiente
NOS GUSTARÍA
– Mayor autonomía eléctrica
– Mejor kilometraje
– Menos masa
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: L4, 2.0 l, turbo + Motor asíncrono AC
Potencia máxima: 245 HP a 6,500 rpm + 113 HP a 3,170 rpm (313 HP combinados)
Par máximo: 350 Nm a 1,250 rpm + 250 Nm (450 Nm combinados)
TRANSMISIÓN
Caja: Automática, ocho velocidades
Tracción: Integral permanente
DIMENSIONES
Largo x ancho x alto: 491 x 194 x 176 cm
Distancia entre ejes: 293 cm
Cajuela: 635 litros
Peso vacío: 2,380 kg
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 15.07 s
Rebase 80 a 120 km/h: 5.15 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 40.5 m
Consumo medio: 9.9 km/l