Por José Virgilio Ordaz.
¿Recuerdan a Fisker Automotive? La firma creada por el diseñador danés Henrik Fisker, creador de los trazos del Aston Martin DB9 y el BMW Z8, buscaba aprovechar los incentivos del gobierno americano para crear autos ecológicos, por lo que lanzó su primer modelo un año antes que Tesla Motors; el Fisker Karma, el cual era un híbrido enchufable de autonomía extendida, es decir, contaba con un motor que no transmitía fuerza a las ruedas, sino a un impulsor eléctrico, el cual tenía por sí mismo una autonomía de 51 kilómetros; 230 con la mecánica térmica activa y el tanque de combustible lleno.
Pero el infortunio (¿O el karma?) se ensañó con la naciente marca; primero con el huracán Sandy en 2012 que causó el incendio de 16 unidades y la pérdida de 330 autos en una inundación; pudo no ser un problema, ya que los autos fueron cubiertos por el seguro, pero antes que terminara el año se anunció la quiebra de su proveedor de baterías, por lo que simplemente no pudieron ensamblar más autos para cubrir la demanda justo cuando iban a lanzar un modelo de entrada bautizado como Atlantic.
Esto originó un baile de sillas que terminó con la salida de Henrik Fisker de su propia compañía en 2013 y la bancarrota a finales de ese mismo año. En 2014 lo que quedaba de la marca fue adquirido por Wanxiang America Corp, la cual ahora la renombra Karma Automotive, o como lo expresa el comunicado oficial "Es un nombre que respeta nuestro pasado, mientras que al mismo tiempo reinventa nuestro futuro".
El nuevo logo representa “Un anillo imperfecto; el esfuerzo constante hacia la perfección inalcanzable, el cual rodea la tierra con una chispa de sol, el símbolo eterno de la energía renovable indefinidamente”. Las tres muescas representan las tres prioridades de la marca: hermoso, limpio y memorable.
El Karma, con nuevo nombre por determinar, deberá reiniciar producción a mediados de 2016.