Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Si recuerdan, la Toyota Highlander fue puesta a prueba por el IIHS (Instituto de Seguros para la Seguridad de la Carreteras en Estados Unidos) apenas en febrero del año anterior, pero en el inter, la SUV nipona ha recibido una actualización ligera y el organismo ha vuelto más rígidos sus estándares, por lo que una nueva tanda de pruebas era obligatoria.
Y la SUV mediana ha aprobado con honores. No sólo obtuvo la calificación más alta en todas las pruebas de choque (impacto frontal al 50%, impacto frontal al 25%, impacto trasero, impacto lateral, impacto lateral contra poste, volcadura), sino que alcanzó la valoración más alta posible en apartados como los sistemas de prevención y mitigación de impacto y la facilidad para instalar y manipular sillas para bebés.
Sólo en la prueba del sistema de iluminación obtuvo una calificación apenas Aceptable, lo que no es tan malo, si tomamos el consuelo que la mayoría de los vehículos probados en este apartado han recibido valoraciones bastante pobres, amén que esto no es obstáculo para que reciba el galardón Top Safety Pick +, que la reconoce como uno de los ejemplares más seguros de su segmento, de hecho, sólo es superada por la Hyundai Santa Fe, que alcanza la máxima puntuación en la iluminación de faros.
Esta calificación aplica a las Highlander año-modelo 2016 y 2017. En las pruebas de los sistemas de prevención, el sistema de frenado autónomo evitó cinco de cinco impactos a 19 km/h, mientras que en la prueba a 40 km/h, evitó cuatro de cinco impactos, reduciendo la velocidad a 34 km/h en el último intento, con lo que los daños fueron menores. Este equipo es estándar, al menos en los productos vendidos en los Estados Unidos.