Por José Virgilio Ordaz.
China se ha ido convirtiendo poco a poco en un tema destacado; no sólo es el país más poblado del mundo, sino que es una de las economías más boyantes y el principal mercado automotor al día de hoy.
Siendo el último el tema que nos ocupa, vale la pena recordar que el gigante asiático se ha convertido en el salvavidas de muchas marcas que venden ya más unidades ahí que en sus mercados locales, tal es el caso de firmas como Volkswagen o Buick, por mencionar sólo dos ejemplos.
Pero todo crecimiento acelerado siempre tiene sus baches y descalabros, o “burbujas”, como las llaman ahora los economistas; esta es la causa a la que Harald Wester, director de Maserati, achaca el cierre temporal de sus líneas de producción durante una semana el próximo mes.
La baja de un 13% en los pedidos de sus sedanes de alta gama Ghibli y Quattroporte ha provocado una caída en sus ganancias operativas, por lo que se ven en la necesidad de reajustar sus gastos vía producción; la medida afectará temporalmente a 2,000 empleados.
Maserati aprovechará el paro técnico para ajustar sus líneas de ensamble para recibir al próximo Levante, el crossover que esperan logre sanear sus finanzas de una vez por todas. Recordemos que los SUVs/crossovers de lujo se han convertido en la gallina de los huevos de oro de más de un fabricante; es obvio que los italianos también quieran una rebanada de mercado.