Por Manuel Fernández (@Mfer_89)
De entrada, Porsche resalta del nuevo Panamera el hecho de que su apariencia se acerca mucho más que antes al 911, además de no renunciar a rasgos característicos de la marca, empezando por los “hombros” que se forman en la zona posterior o el trazo de las ventanillas laterales. Ya en temas más funcionales, los asientos van en una posición más baja y si bien la altura interior no cambia para los ocupantes, sí hay una mejora en el espacio para las piernas, eso en parte también porque la distancia entre ejes creció 30 milímetros.
En el apartado técnico, hay más uso de aluminio que va más allá de paneles de la carrocería e involucra piezas estructurales. Además, motores y la caja son de nuevo desarrollo. Tanto el V6 como el V8 a gasolina tienen ambos turbocargadores integrados en medio de la “V” y al haber menos recorrido de los gases de escape hacia la turbina, se mejora la respuesta.
La PDK, por su parte, es la primera que Porsche desarrolla con ocho velocidades, con la séptima y la octava planteadas como sobremarchas para reducir el consumo (la velocidad máxima se alcanza en sexta). La palanca de cambios no tiene conexión física con la transmisión, lo que según Porsche reduce las vibraciones y permite ubicar el mando en un sitio más conveniente.
Por dentro se implementó el concepto “Porsche Advanced Cockpit” en el que básicamente se reemplazaron la mayoría de botones de la consola central por un panel táctil que ilumina las funciones que se activan y en otros casos hace que vibren para transmitir más retroalimentación al actuar sobre la superficie a ciegas. Este tipo de cabina se implementará en futuros Porsche más adelante.
En México el Panamera estará disponible en versiones 4S y Turbo, el primero con un V6 2.9 de 440 caballos y 550 Nm, el segundo con un V8 de cuatro litros, 550 caballos y 770 Nm de torque. Ambos son de tracción integral.
Los precios parten de 1,900,500 pesos para el 4S y de 2.5 millones para el Turbo.
La variante alargada Executive se puede encargar bajo pedido y, como es usual, hay diversos elementos de equipamiento opcional, como la perilla de modos de manejo en el volante asociada al paquete Sport Chrono (herencia del 918 o del 911), visión nocturna con detección de animales y peatones (que da ráfagas de las luces si los ve en la trayectoria del auto) o eje trasero direccional, entre otros tantos.