Por Edmundo Cano
Mercedes-Benz echa la casa por la ventana en la celebración de los 50 años del S600 Pullman de 1965 con la presentación en Ginebra de una nueva encarnación de la legendaria limosina, esta vez bajo el emblema de Mercedes-Maybach. El Pullman medirá unos imponentes seis metros y medio de largo, con una distancia entre ejes donde cabe, literalmente, un compacto… digamos, un Mazda 3 entero.
En el interior los cuatro pasajeros viajan en asientos en posición contraria, por lo que siempre estarán en contacto visual. O si se prefiere, solamente dos asientos pueden ser ordenados. Cada plaza está calefactada y se mueve individualmente de forma eléctrica. Una ventana divisoria eléctrica separa el compartimento del chofer del de los pasajeros, en la cuál está instalada una pantalla de 47 centímetros. Y por supuesto, el interior alberga los mejores materiales que Mercedes puede poner en un auto. Todo, hasta el enorme cielo, está tapizado en piel y los adornos son de madera auténtica. Las amenidades como conectividad a internet, pantallas individuales para cada pasajero, un bar en la consola central, y un sistema de sonido Burmester son sólo el comienzo, pues según la marca, los niveles de personalización serán los más altos que jamás ha aplicado la firma alemana.
De mover a este portento se encarga el V12 biturbo de la casa, generando 523 hp y 612 lb/pie de torque. El Pullman comenzará a venderse a principios de 2016 y el precio por un modelo "base", sin blindaje y sin personalización, será de alrededor de 570 mil dólares.