Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
El Salón de Tokio es no sólo un planeta, es una dimensión aparte. Si bien la presencia de marcas extranjeras en el mercado automotriz nipón es cada vez mayor, todavía se ve limitada por el hecho que el total de los autos de marca foránea llegan por importación, pues los altos impuestos y una mano de obra bastante cara limitan la entrada de empresas extranjeras al archipiélago.
De ahí el perfil fuertemente local del evento, pese a algunas presentaciones de interés internacional. Esto también ocasiona que, como en cada aspecto de la cultura japonesa, el salón tenga sus muy remarcadas particularidades, como el énfasis en los conceptos (que copan tres cuartas partes de las presentaciones) o el hecho que cada marca parece retar a la otra a ir más allá en cuestiones de innovación, donde incluso aspectos como el buen gusto o los cánones tradicionales nunca son una limitante.
Tokio es un escaparate al futuro, pero no al de los próximos cinco o diez años, como ocurre en otros salones, los japoneses tiene la mente puesta varias décadas más allá. No importa que sus vaticinios se cumplan o no, lo importante es ser visionarios ahora.
Mitsubishi e-Evolution Concept
Subaru Impreza Future Sport Concept
Subaru VIZIV Performance Concept
Subaru XV Fun Adventure Concept