Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Más fabricantes de Japón han terminado por aceptar fallas en las pruebas internas de homologación de consumo y emisiones para los autos vendidos en su mercado interno.
Si bien han ocurrido casos similares con Nissan, Subaru y Mitsubishi, hay diferencia y detalles a tomar en cuenta antes de emitir juicios. Para comenzar, dichas pruebas sólo aplican a los autos vendidos dentro de Japón. Los autos que se exportan deben pasar por pruebas similares a un grupo de control, pero de acuerdo a los parámetros del país o región de destino.
Para los modelos vendidos en Japón, deben realizarse muestras mucho más amplias por un técnico certificado –pagado por la propia marca- en un entorno controlado. Ahí está el fallo: aunque los autos cumplieran con los estándares de consumo y emisiones, las pruebas se hicieron en entornos sin las medidas exigidas y por personal indebidamente certificado o capacitado, quienes usaron sellos y firmas apócrifos. Es decir, no hay software malicioso ni mecanismos de derrota como en el caso del DieselGate.
En el caso de Nissan, una vez que una investigación interna de la propia marca descubrió estos fallos, por iniciativa propia cerraron sus plantas en Japón una semana para ampliar la investigación y realizaron un Recall masivo para comprobar los niveles de consumo y emisiones, que como se esperaba, cumplían con los estándares marcados.
El caso de Mitsubishi fue más grave, pues se comprobó en 2016 que técnicos de la marca habían modificado deliberadamente la presión de las llantas para alterar las pruebas de consumo desde hacía una década, lo que ocasionó la salida de su CEO, el pago de una cuantiosa multa y el desplome de sus acciones, lo que sumado a otros problemas que venía arrastrando, llevaron a una compra parcial por parte de la mencionada Nissan.
El caso de los fallos más recientes en Suzuki, Mazda y Yamaha es como el de Nissan; las pruebas se habrían realizado a velocidades que no eran las indicadas, pero al no detectar resultados fuera de los parámetros de emisiones o consumos en pruebas de control, no se requerirá de revisiones o retiros, por ahora. Nissan achaca estos problemas a una falta grave de técnicos capacitados.
Tras investigaciones internas, Suzuki detectó que poco más de 6,000 de sus autos no habrían sido examinados correctamente, mientras Mazda detectó irregularidades similares en unos 70 vehículos. Yamaha detectó fallos en menos de 2% de las pruebas. Las tres marcas emitieron disculpas públicas y el valor de sus acciones en el índice Nikkei se redujo en 6% (Suzuki), 5% (Yamaha) y 1% (Mazda).