Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Hace ya un año que Nissan presentó la segunda generación de su pick-up de tamaño completo, la Titan XD en el NAIAS de 2015, la cual mezcló influencias del segmento americano por excelencia –con perdón de los muscle cars– con su propuesta personal; ahora, lanza un agresivo concepto todoterreno que apunta más que nunca al statu quo del nicho.
Al agresivo paquete off-road con pintura gris mate se suma una altura 8 centímetros mayor que la Titan XD y un ancho que gana casi 15 cm. Los rines de 18 pulgadas van calzados por enormes llantas de 94 centímetros de diámetro que parecen adecuadas para enfrentar la Baja 1000; la suspensión con juego extra va acompañada de nuevas barras estabilizadoras y una placa de deslizamiento en los bajos.
Mecánicamente se conserva el V8 turbodiésel Cummins con una caja automática de seis escaños; mientras que el paquete es complementado por luces LED en el techo, un spoiler en la parte trasera de la cabina y otro en la tapa de la caja, tomas de aire funcionales en el cofre, salidas de escape cuádruples, guardabarros sobredimensionados y detalles decorativos en color naranja, mientras que el interior en tela y cuero negros recibe vistas en aluminio.
Si bien la Titan Warrior tiene el calificativo de concepto, no parece haber demasiados obstáculos para que mucho del paquete visual sobreviva en una futura variante PRO-4X, salvo que en Nissan crean que las ventas de esta pudieran afectarles de algún modo. En contraste, la firma nipona aprovechó para mostrar en occidente su concepto eléctrico con manejo autónomo develado en el pasado Salón de Tokio, el IDS Concept.
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