Por Edmundo Cano
Corbellati es una compañía italiana especializada en joyería fina, con más de 70 años de experiencia en el ramo; la actual generación de los Corbellati es también apasionada de los autos, por lo que la firma ha decidido incursionar en el universo automotor con un proyecto de gran calibre, un superdeportivo llamado Missile que será develado oficialmente en el
Salón de Ginebra.
La compañía ha lanzado unos renders para dar una idea de cómo se verá su creación, en anticipación a su debut en el salón helvético. Con una carrocería claramente inspirada en glorias deportivas italianas de antaño, como el Ferrari 330 P4 o el Alfa Romeo 33 Stradale, las líneas del Missile son decididamente retro, con resaltes en cromo que nos recuerdan un poco los autos de Spyker. Su construcción es enteramente de fibra de carbono.

Si bien el alma del Missile parece italiana, su corazón suena decididamente americano: un V8 de 9.0 litros biturbo, con bloque de aluminio y árboles a la cabeza, que promete la escalofriante cifra de 1,800 hp, con 1,733 lb/pie de torque respaldándolos. Si bien Corbellati no ha revelado el origen de semejante planta de poder, las especificaciones del motor nos hacen pensar en una unidad QC4v de Mercury Racing Engines, una empresa del posmercado dedicada a proveer a la industria de los botes de potencia con motores exóticos. No sería la primera vez que un motor de dicha compañía es utilizado en un auto, pero sí la primera en que se intenta usar en un coche destinado a producción. El V8 está acoplado a una caja automática de 6 marchas.

Con estos números, Corbellati apunta a una velocidad máxima de más de 500 kilómetros por hora, pues su objetivo es “fabricar el auto de calle más rápido del mundo”. Una suspensión de aire autorregulable “cuadrilateral”, tal como la define la compañía, y frenos carbonocerámicos intentarán mantener bajo control la descomunal potencia.
Por supuesto, todas estas aseveraciones son por demás optimistas, especialmente la velocidad máxima, tomando en cuenta que es una compañía totalmente nueva. Solo el tiempo dirá si Corbellati alcanza sus objetivos; para comenzar, será un verdadero logro si la marca logra exhibir un prototipo terminado en Ginebra la próxima semana.