La inmovilidad es también un gran enemigo para nuestro vehículo. En tiempos de confinamiento, aquí las recomendaciones para cuidar un auto parado o que estará quieto por algún rato.
Por Héctor Torres
Aún hay quienes creen que la mejor forma de evitar el desgaste de un vehículo es simplemente no usarlo. Lo que de entrada puede sonar lógico, sin embargo, es cierto solo a medias.
Y es que si lo que se busca es la conservación de algún ejemplar, lo cierto es que deben procurársele cuidados muy específicos. Tras esos inmaculados modelos de colección que rara vez dejan la cochera, por ejemplo, hay una serie de atenciones muy elaboradas, ejecutadas constantemente para garantizar su óptimo estado.
El caso de un automóvil que estará sin moverse por un par de semanas -o quizás más- (debido a una cuarentena), no es el mismo que el de aquel pensado para colección. Lo sabemos. Pero el principio de que sufrirá un deterioro si no se cuida, también le aplica.
Existen muchos factores que, así no lo parezcan, la hacen de villanos: el polvo, el sol, la humedad, la propia gravedad, etcétera. Para que el suyo se defienda de la mejor manera del paso del tiempo (¡que sí deja huella!), o no tenga averías por no usarlo con regularidad, aquí algunas recomendaciones:
- Revisar los neumáticos. Si se tiene oportunidad de moverlo antes de dejarlo en reposo, debe aprovecharse para pasar a alguna gasolinera y poner más presión de la que se acostumbra (la indicada por el fabricante) a las llantas. ¿La razón? Son más propensas a perderla cuando permanecen en una misma posición. Como son puntos de apoyo fijos cuando está estacionado, igualmente tienden a deformarse y alterar sus cualidades de rodadura y desempeño. Por ello sugerimos rodarlo de vez en vez para cambiar la sección de contacto con el piso. Muy importante: antes de regresarlo a su trajín cotidiano, asegúrate de calibrarlos a su nivel original. Ahí te vendrá útil un compresor portátil como ésta.
- Protégelo. Como ya mencionábamos, el clima no es un aliado para cuidar un auto parado. Sin embargo, aquí las condiciones de protección que puedas brindarle al tuyo dependerán de dónde lo dejarás aparcado. Dejar ligeramente abiertas las ventanas es un buen truco para evitar la humedad en el habitáculo, pero solo lo aconsejamos si tu vehículo se guarda bajo techo por motivos obvios. Si “duerme” en la calle, lo mejor será colocar un pequeño recipiente con arroz adentro, en su lugar, que ayude a combatirla. Lo ideal es conseguir una funda para aislarlo de las inclemencias de los días.
- Al pendiente de la batería. El componente que primero pasa la factura al resentir el paso del tiempo, es la batería. Ésta sigue funcionando aún cuando el carro está apagado. Por eso es un buen hábito desconectarla del borne negativo para prevenir que los sistemas aún habilitados la expriman y reduzcan su vida útil (unos cinco años). ¡Ojo! Para los automóviles más modernos, se sugiere un monitoreo periódico de la misma, con un cargador con lectura de potencia y voltaje. Esto porque cortar el suministro de energía por mucho tiempo puede ocasionar errores en la electrónica.
- Echar un vistazo a los depósitos es una buena práctica que en este escenario no tiene por qué suspenderse. De hecho, es buen momento para detectar fugas que de otro modo tardarían más en manifestarse. Antes de sacarlo de su letargo, hay que devolver los fluidos a su volumen óptimo.
- Arrancarlo. Algo tan simple como darle un “llavazo” con frecuencia es suficiente para prevenir malfuncionamientos más importantes. ¡Pasen tiempo con su carro! Ese video que tienes pendiente ve a verlo al carro y mientras lo pones en marcha.