Por Santiago Álvarez (@santi_al91)
Coincidiendo con la aparición del recién presentado SLC en los principales mercados mundiales, el deportivo SLK completa dos décadas de trayectoria, tiempo en el cual se han vendido más de 670.000 unidades. Visto como una interpretación moderna del 190 SL de 1955, su nombre significa deportivo ligero y corto (Sportlich, Leicht und Kurz).
Oficialmente, el SLK de producción debutó el 22 de abril de 1996 en el Salón de Turín, pero su origen se remonta a 1994, cuando en el mencionado evento italiano fue presentado como un estudio de diseño y, más adelante, en el Salón de París de ese año, una evolución denominada SLK-II que incorporaba el elemento más característico del auto: El techo metálico retráctil Vario-Roof, una solución que hasta el momento no era usual en los descapotables.
Desde su aparición, el SLK fue concebido como una alternativa a los Audi TT, BMW Z3/Z4 y Porsche Boxster/718 Boxster, que también aparecieron durante la misma época. Esta generación (que contó con una variante de alto desempeño SLK 32 AMG de 354 hp) ha sido la más exitosa, pues se produjeron 311.222 unidades hasta 2004, incluyendo en esa cifra las unidades pre serie.
En 2004 llegó al mercado la segunda generación (R171) con un estilo inspirado en el Mercedes-McLaren SLR, para evocar la época dorada de las “flechas plateadas”. Dentro de las novedades se incluían la caja automática de siete marchas y el sistema de calefacción para el cuello Airscarf, integrado en los apoyacabezas, así como la exclusiva variante deportiva SLK 55 AMG Black Series.
El modelo cumplió su primera década de vida en 2007 y Mercedes-Benz celebró el acontecimiento con la edición especial “Edition 10” y para 2008, el SLK superó las 500.000 unidades vendidas.
La tercera evolución (R172) del biplaza llegó en 2010 y en esta ocasión inspirada en el deportivo SLS AMG. Por primera vez, el SLK incorporó elementos como el Magic Sky Control (un techo de estructura metálica cuyo vidrio panorámico se aclara u oscurece) o la posibilidad de tener un motor turbodiésel en un deportivo de Mercedes-Benz (SLK 250 CDI).
A finales del año pasado, el auto sufrió una notable actualización y, adoptando las nuevas denominaciones de la marca, pasó a llamarse SLC. Al conservar la misma plataforma R172, Mercedes-Benz no lo considera como una nueva generación sino como un profundo facelift del anterior SLK y seguirá siendo fabricado en la planta alemana de Bremen, donde han sido armados todos sus antecesores y también los descapotables SL.