Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
El Concours d'Elegance de Pebble Beach en su edición 2017 ha llegado a su fin. Y aunque hubo importantes presentación y muestras de prototipos de parte de Acura, BMW, Mercedes-Maybach e Infiniti, los autos clásicos volvieron a acaparar el espectáculo.
Además de una andanada de piezas de colección que cambiaron de manos, hubo también destacados ejemplares clásicos cuyo grado de preservación compitió por alzarse por sobre los demás. Este año, el trofeo del mejor de la exhibición ha caído en un Mercedes-Benz S Barker Tourer 1929.
Originalmente se trató de un Mercedes-Benz Model S Roadster que fue mejorado a especificaciones Super Sports al recibir un motor más grande de 7.0 litros con seis cilindros en línea. La bella carrocería azul brillante con elementos cromados es obra de Baker, una firma carrocera británica muy reconocida en aquellos años.
El diseño en general está inspirado en un vestido de 1850 con plumas de pavorreal, cuentan, mientras que el remate de la trasera y los estribos tipo torpedo tienen inspiración náutica. El dueño original fue Francis Curzon V, noble británico que además de servir en la marina y el parlamento, participó con mucho éxito en competencias automovilísticas, conquistando la edición de 1921 de las 24 Horas de Le Mans, a los mandos de un Alfa Romeo.
El auto se ha conservado lo más original posible, de hecho el actual dueño, el coleccionista Bruce R. McCaw, declaró que un principio se negaba a restaurar el auto, pues le encantaba tal como estaba. Pese a ello al final se decidió a llevarlo a Nueva Jersey con el especialista Steve Babinsky, que apenas completó la obra la semana previa al evento.
Además de llevarse a casa también el premio al mejor auto de carrocería abierta, el Mercedes prevaleció sobre otros 204 modelos de 31 marcas diferentes, destacando el segundo lugar, un Ferrari 315 S Scaglietti Spyder de 1957, que curiosamente pertenece a John McCaw, hermano del dueño del ganador, mientras que el tercer puesto fue para un Packard 906 Twin Six Dietrich Victoria de 1916, sí, un auto con más de un siglo a sus espaldas.