Desde la época dorada de los Muscle Cars, este Pontiac GTO creado en 1965 para un sorteo y que recibiera el nombre de GeeTo Tiger, sale a subasta luego de 65 años de pasearse en exhibiciones y carreras de cuarto de milla ¿Recuerdan la historia de este modelo único?
Por José Virgilio Ordaz.
Además de ser la primera gran obra del tristemente célebre John DeLorean, al Pontiac GTO se le considera un modelo clave en la historia de los Muscle Cars americanos.

Pontiac GTO, el inicio de una era
Con un nombre robado inspirado en el Ferrari 250 GTO, el GTO de 1964 fue un éxito. Pero no fue suficiente para Pontiac. Ya desde unos años antes, el Tempest, el modelo en el que se basaba el GTO, había sido asociado con el tigre en su publicidad, en una época en que las pieles de animales no eran consideradas políticamente incorrectas, o de mal gusto, pero en 1965 fueron un paso más allá.

Publicidad
Jim Wangers, ejecutivo de publicidad de la marca, se asoció con el distribuidor Royal Pontiac, George Hurst y Petersen Publishing, editores de la revista Hot Rod, para crear una campaña que culminaría con el sorteo de un GTO. Además del auto, se buscaba hacer publicidad a las piezas de personalización, por lo que el auto del premio recibió más de 28 opciones, así como rines dorados Hurst.

Pontiac GTO GeeTo Tiger 1965
También recibió una pintura dorada a juego y hasta una palanca de velocidades chapada en oro. Si no era suficiente, se encargó una canción al grupo ‘The Tigers’, que compusieron el tema promocional ‘GeeTo Tiger’, que incluso vendió 450,000 copias. No todo era apariencia, gracias a un V8 389 de 360 hp.

Premio
Luego de meses de campaña, el Pontiac GTO GeeTo Tiger terminó en manos de un joven llamado Alex Lampone, de 19 años, quien recibió las llaves en las NHRA Indy Nationals de 1965. Por supuesto, Lampone disfrutó el modelo un par de años, pero luego cambió de manos varias veces.

Celebridad
El auto se convirtió en una celebridad por mérito propio. Pese a que ganó varias competencias de cuarto de milla y fue exhibido en varios eventos, apenas acumuló 59,000 millas (95,000 km) en el odómetro. El auto se perdió en las sombras del tiempo hasta 1982, cuando se reencontró con Wangers.

A subasta
Su entonces dueño, Jerry Trevelan, repintó el auto a su tono original, pues estaba cubierto por colores de competencia. El motor fue reconstruido en un par de ocasiones y volvió al circuito de exhibiciones. Al final terminó en manos de Dana Mecum, que ahora lo pone a subasta a través de Mecum Auctions.

La casa de subastas se reserva el precio de salida, pero dado que hablamos de un modelo único con mucha historia encima, el Pontiac GTO GeeTo Tiger debería de alcanzar un buen precio.