Después de 13 años como presidente de Daimler, Dieter Zetsche se ha retirado. Lo entrevistamos para conocer cómo se siente y cómo ve esta nueva etapa en su vida. Eso sí, ¡solo preguntas personales!
Por Edmundo Cano Entrevista: R. Alex y J. Knecht FOTOS: Rossen Gorgolov
¿Cuál ha sido el lugar en el que más le ha gustado vivir durante su trayectoria profesional?
Me he sentido muy cómodo en muchos lugares, y estoy convencido de que mi familia también se ha llevado cosas positivas de todas partes, ya que conoció el mundo desde diferentes perspectivas. Estuvimos muy bien en los Estados Unidos, en Brasil, en Argentina… Disfrutamos mucho de la experiencia de vivir en el extranjero. Pero, por supuesto, no resultó siempre fácil, especialmente para mi familia, que tuvo que lidiar con muchos cambios.
Con su look (jeans y zapatos de deporte), fue pionero entre los altos directivos. ¿Puede uno permitirse esa imagen tan personal solo cuando se es suficientemente grande?
Para mí eso no es una cuestión de autoridad. En un momento dado acordamos en el comité de dirección que nos vestiríamos como consideráramos. Empezamos los directivos. Y dos meses después nuestra forma de vestir ya se había extendido en la empresa, porque obviamente la gran mayoría se sentía mucho mejor.
¿Alguna vez ha sido recriminado por ello?
Una o dos veces llegué a escuchar: “¡¿Cómo puede alguien aparecer así?!”. Al principio resultó algo chocante, cuando los pantalones vaqueros no eran una prenda habitual en el trabajo. En alguna ocasión, con motivo de una reunión, algunas personas se disculpaban cuando aparecían delante de mí con corbata. Eso me sorprendió.
¿Con qué modelo de Mercedes compararía su carrera profesional?
Probablemente con el modelo G. Siempre he tratado de mantenerme fiel a mí mismo durante mi trayectoria profesional.
¿Cuál es su Mercedes favorito de todas las épocas?
El 300 SL, tanto abierto como cerrado, aunque me quedo con el roadster.
Si no hubiera un Mercedes en el mundo, sería difícil imaginárselo. ¿Qué automóvil le gustaría conducir, entonces?
¡Me fascinan los coches con emoción! Siempre me ha gustado el Aston Martin DB5 de la película Goldfinger.
Nunca has rechazado conocer gente de todo tipo. ¿Cuál ha sido su encuentro más interesante?
Una situación muy interesante fue sin duda mi discurso en el Congreso del Partido Verde (de Alemania). No supuso una situación clásica desde ninguno de los dos lados. Y fue una experiencia muy positiva en contra de lo que algunos esperaban.
¿Se sentía seguro de poder poner a la gente de su lado?
Soy pura curiosidad, pero por supuesto con cierto grado de confianza. Simplemente, disfruto juntándome con muchas personas diferentes. Tengo la impresión de que en la vida, cuando me encuentro con gente que te inspira confianza, por lo general siempre se acaba confirmando esa buena química. Si bien, también es cierto que uno se topa con personas que no resultan positivas. Mi convicción es que ser positivo hacia las personas provoca que la vida sea más fácil y placentera.
¿Qué resultó más complicado, el comienzo con la ilusión renovada que traía a la marca, o realmente permanecer allí durante tantos años?
El comienzo de la andadura va acompañado del apoyo incondicional, de la simpatía de los medios para los que es bueno describir una historia de éxito. Una vez en la cima, por supuesto puede resultarles igual de agradable describir un supuesto fallo. En ese sentido, la tarea más difícil de un gerente es probablemente tomar decisiones que sean lo más a largo plazo posible, independientemente de cómo sean recibidas.
¿Le ha resultado sencillo dejar a un lado las historias negativas?
Tal vez no haya nadie que pase completamente por la vida sin dejar rastro. Por supuesto que cada vez te vas haciendo más inmune, con el tiempo te enfundas en un abrigo más grueso. Aunque haya innumerables comunicados de prensa todos los días, no necesariamente tienes que estar en todas las páginas. Por ejemplo, cuando creamos una nueva sede de diseño en Mercedes, hubo muchas críticas. Pero estaba convencido de que nos encontrábamos en el camino correcto. Es por eso que aquella crítica no me afectó.
Si se encontrara hoy con el Dieter Zetsche del 2000 subiéndose al avión para comenzar su etapa como CEO de Chrysler en Estados Unidos, el nuevo socio entonces de Daimler, ¿qué consejo le daría?
Desde un punto de vista racional, en ese momento debería haber dicho: “No hago eso”. Realmente los riesgos eran mayores que las posibilidades. Pero no fue lo que hice entonces, y por lo tanto no me gustaría actuar hoy en retrospectiva. Soy optimista sobre las cosas per se y siempre he mirado hacia delante buscando una solución. Por eso, si viera atrás, seguiría manteniendo la misma postura que entonces.
¿De dónde procede la fuerza con la que ha afrontado este duro trabajo?
Por un lado, he vivido siempre razonablemente bien, cuidándome; no fumo, bebo poco alcohol y trato de dormir lo suficiente. Por otra parte, por supuesto se pueden manejar mejor los desafíos si tienes una actitud positiva. Lo más importante es mantener tu independencia. Si crees que el trabajo es la vida, entonces debes considerar que los riesgos laborales son potencialmente mortales. Pero si con toda tu pasión y dedicación ves la profesión como parte de la vida y hay otras cosas que son al menos tan importantes, obtienes esa independencia. Entonces podrás lidiar y enfrentarte a más dificultades. Por supuesto que trato de moverme lo suficiente, pero no soy un corredor de maratón.
No parece que afronte su nueva etapa con dudas. ¿Estamos en lo cierto?
No sé aún muy bien cómo me siento después de mi partida desde finales de mayo de Daimler. Pero estoy convencido de este paso y tengo muchas ideas sobre lo que puedo y quiero hacer.
¿Puede llamar a su sucesor Ola Källenius todos los días?
Mi objetivo es no llamarlo nunca. Él tiene mi número de teléfono y la experiencia de gran parte del equipo. En ese sentido, el cambio no es tan radical. Espero y sé que Ola, por supuesto, seguirá su propio camino, pero en cualquier caso la transición estará marcada por la continuidad.