En los años 70, Volkswagen do Brasil buscaba un nuevo superventas para sustituir al longevo ‘Fusca’ y desarrollaron el Brasilia, un auto que, si bien no logró su cometido original, sí escribió su propia historia no solo en el país carioca, sino en casi toda América Latina, incluyendo México.
Por Edmundo Cano
Imágenes: Volkswagen
Como es bien sabido, Brasil siempre ha sido uno de los mercados más importantes para Volkswagen. Fue en Brasil donde se desarrolló el primer Volkswagen fuera de Alemania, el SP2. El segundo también fue carioca, y es el que nos compete hoy: el Brasilia.
En 1970, un año antes de que tomara la presidencia global de Volkswagen, Rudolf Leidig era presidente de Volkswagen do Brasil, y ordenó el desarrollo de un nuevo auto que lograra reemplazar al vetusto pero muy vendido Escarabajo, allá conocido cariñosamente como ‘Fusca’, en el mercado brasileño.
Dado que tenía que ser muy barato y fácil de producir, el nuevo auto tenía que usar los componentes existentes de la firma, pero tenía que ser más grande, espacioso, y verse mucho más moderno.
Apropiado
Los diseñadores e ingenieros brasileños se pusieron a trabajar, y en 3 meses habían desarrollado más de 40 prototipos; de ellos, el auto elegido era decididamente contrastante con el ‘Fusca’: totalmente cuadrado en apariencia. Su diseño, obra de Marcio Piancastelli, estaba inspirado en los Type 3 y Type 4, aunque usaba el mismo chasis y mecánica del Escarabajo, el clásico motor de 1.6 litros bóxer enfriado por aire montado atrás, una transmisión de 4 velocidades, y tracción trasera, una configuración más que probada por la firma alemana.
El Type 321, código interno con el que era conocido, fue nombrado Brasilia en honor a la ciudad capital de Brasil, y sus ventas comenzaron en mayo de 1973, en carrocerías de 3 y 5 puertas. Fue un éxito inmediato, en parte porque al principio fue comercializado como una van ligera de trabajo, para entrar en una categoría de impuestos más baja; de ahí que la gente le llamara ‘la Brasilia’, en lugar de ‘el Brasilia’.
También en México
Además de Brasil, el Brasilia también llegó a muchos mercados latinoamericanos, e incluso hasta Nigeria, donde era enviado en formato ‘completely knocked down’, o sea, desarmado, y se ensamblaba allá bajo el nombre de Igala. Pero sin duda alguna, el segundo mercado más importante para el Brasilia fue México, pues fue el único otro país en el que se fabricó en su totalidad, a partir de 1974, y solo en carrocería de 3 puertas.
Si bien varias piezas que se usaban en su fabricación eran brasileñas, especialmente lienzos de la carrocería, prácticamente todo lo demás se fabricaba en la planta de Puebla. El Brasilia mexicano compartía el bastidor, y por tanto, las mismas especificaciones que el Escarabajo nacional, con el motor 1,600 de un carburador, algo en lo que difería del Brasilia brasileño, que usaba carburadores dobles.

El Brasilia tuvo bastante éxito en nuestro país, con más de 72,000 unidades fabricadas hasta 1982, cuando fue descontinuada, el mismo año que también fue retirada del mercado brasileño. Y en ambos lugares fue por lo mismo: la llegada de la modernidad a Volkswagen, que por fin había introducido a dichos mercados autos de tracción delantera y motores enfriados por agua, tal como prácticamente todas las marcas del mundo habían adoptado desde mediados de los 70.
En Brasil, el culpable de la muerte de la Brasilia fue el Gol, también desarrollado localmente, mientras que en México fue el Caribe, nombre que se le dio en nuestro país al Golf de primera generación. En nuestro caso, el Brasilia y el Caribe convivieron durante varios años en el mercado, pues éste último fue lanzado en 1977, y durante este tiempo se volvió más que obvio que era un producto totalmente superior al Brasilia, que a estas alturas resultaba redundante en la gama Volkswagen, pues tal como sucedió en Brasil, el Brasilia nunca pudo desplazar al Vocho en términos de ventas.
Apreciado
Hoy en día, tanto en Brasil como en México y en todos los demás países en los que se ofreció, el Brasilia gana cada vez más reconocimiento como un coche coleccionable por ser único de la región. Y debido al acero no galvanizado que se usaba en su construcción, son bastante propensos al óxido, por lo que encontrar ejemplares en buen estado es bastante difícil. Y como todo producto que no estuvo disponible en sus tierras, para los entusiastas internacionales de Volkswagen, el Brasilia es un auto fascinante que ya comienza a ser buscado para llevarlos a otros países y tener un coche verdaderamente único.