Por José Virgilio Ordaz.
Cuando Nissan presentó el GT-R LM NISMO, se mostró más como un escaparate tecnológico que como un triunfador capaz de conquistar las 24 Horas de Le Mans; sus 1,250 CV extraídos de un motor biturbo con asistencia eléctrica eran dignos de tomarse en cuenta, pero sus desacostumbradas proporciones y tracción delantera a tiempo parcial parecían ser demasiado alternativos como para poder replicar el mejor resultado de la firma en la justa; un tercer lugar, ya ni hablar de dar una verdadera pelea por la corona.
La marca se “curó en salud” afirmando que esperaban que el 2016 sea el año del GT-R LM y que el 2015 sería uno de “prueba” para examinar el comportamiento de los diversos elementos mecánicos en condiciones reales y apretar las tuercas necesarias para la siguiente edición.
Con el protagonismo mostrado por Porsche, Audi y Toyota no se esperaba que Nissan despuntara, aunque el papel desempeñado tampoco fue todo lo digno que se esperaba. Tras obtener las posiciones 12, 13 y 15 en la parilla de salida, los tres Nissan Motorsport se fueron rezagando cada vez más, con problemas mecánicos que los dejaron con hasta la mitad de la potencia. Al final solo un auto pudo terminar la carrera, pero al no contabilizar el mínimo de vueltas requeridas (70% del total de las dadas por el ganador: 276), quedó fuera de la clasificación. Quizá lo más triste es que diez autos LMP2 con el V8 4.5 litros que Nissan surte a los equipos del Mundial de Resistencia clasificaron en las posiciones 9 a 14, 16, 19, 29 y 33, copando los ocho primeros lugares de dicha categoría.
El propio CEO de Nissan, Carlos Ghosn, afirma “Hay que evaluar la estrategia, queríamos ser diferentes y competitivos; sólo hemos sido diferentes”. Mientras el GT-R LM NISMO se enfrentará a un par de pruebas de resistencia más durante el año, la cuestión parece ser si seguirán desarrollando este deportivo “diferente” o si deciden poner su presupuesto en un auto de corte más tradicional, algo que no ha dado el ansiado triunfo ni a Peugeot ni a Toyota en el último lustro.