- El sedán de producción más brutal del mundo recibe una carrocería ensanchada inspirada en su hermano, el Challenger Widebody, suspensiones y frenos actualizados, y otras mejoras.
Por Edmundo Cano
Dodge refresca su popular Charger para el año modelo 2020. Mientras los niveles de equipamiento base, SXT y R/T, se mantienen prácticamente igual, con el V6 Pentastar y el motor Hemi de 5.7 litros bajo sus cofres, es en los niveles más altos donde suceden los cambios más relevantes, y hay que decirlo también, emocionantes.
Para el SRT Hellcat, la principal novedad es la carrocería Widebody, con enormes salpicaderas ensanchadas que añaden 3.5 pulgadas a la anchura total del auto. Además de que el look se vuelve mucho más amenazador, los arcos de rueda más amplios, inspirados en los de su hermano el Challenger, que adoptó este look desde el año pasado, cumplen con su función, al alojar neumáticos Pirelli medida 305/35ZR20, que hacen un mucho mejor trabajo de transferir al piso los 707 hp y 650 lb/pie de torque del motor Hellcat de 6.2 litros supercargado, que se mantiene sin cambios, acoplado a una transmisión automática TorqueFlite de 8 relaciones.
El agarre extra de las llantas más grandes se ve reflejado en sus números: los 100 km/h llegan en 3.6 segundos, el ¼ de milla lo recorre en 10.96 segundos, rompiendo por fin la barrera de ‘los dieces’, y en el skidpad entrega una aceleración lateral de .96 g, remarcable para un auto de ese tamaño y características. Esto es resultado de una suspensión mejorada desarrollada en conjunto con Bilstein, que provee los amortiguadores adaptativos con resortes más rígidos, barras estabilizadoras más grandes, nueva dirección electrónica ajustable, y nuevas calibraciones en el control de tracción, que hace lo posible por mantener la brutal potencia en control. El resultado, según los ingenieros de SRT, es un tiempo 2.1 segundos más rápido que el Charger Hellcat actual en el circuito de pruebas de Dodge.
A esto también ayudan los nuevos frenos Brembo con discos de dos piezas de 15.4 pulgadas, con calipers de 6 pistones adelante y de 4 atrás, que le permiten detenerse desde 100 km/h en solo 32.6 metros. Funciones como Launch Control y Launch Assist se mantienen, haciendo más fácil ‘lanzar’ a este sedán del mal, y el gustado sistema ‘Line Lock permite que los burnouts sean fáciles de realizar… más todavía que los involuntarios que inevitablemente ocurren al volante del Charger Hellcat.
Además de las nuevas salpicaderas, la carrocería del Charger también porta fascias rediseñadas con entradas de aire más grandes, una nueva parrilla con lo que Dodge llama una ‘ranura de correo’, diseñada para direccionar el aire más eficientemente hacia el radiador. Un pequeño alerón en la cajuela complementa la nueva defensa trasera con salidas de escape laterales.
Por primera vez, esta nueva y malévola carrocería podrá aplicarse opcionalmente al Charger Scat Pack, lo que resultará en un coche extremadamente similar al Hellcat pero con ‘solo’ 485 hp cortesía del Hemi 392 sin sobreaspiración. Sin embargo, se mantienen las mismas llantas, los mismos frenos, el Launch Control y Launch Assist, el Line Lock, y también una suspensión mejorada respecto a su antecesor, muy similar a la del Hellcat pero con calibraciones propias para el Scat Pack, cuyos números también mejoraron: el 0 a 100 lo logra en 4.3 segundos, el ¼ de milla en 12.4, y alcanza 0.94 g en el skidpad. Estas cifras son para la versión Widebody, el Scat Pack sin las enormes Pirelli debe ser un poco menos responsivo que su versión con esteroides.
La paleta de colores aumenta a 12 tonos para el 2020, que van desde los discretos como el blanco o el plata, hasta los absolutamente escandalosos, heredados de la época de los tonos de ‘Alto Impacto’ ofrecidos por Mopar en los tiempos gloriosos de los muscle-cars originales. Varias opciones de rines y paquetes estéticos también están disponibles tanto para el Hellcat como para el Scat Pack, e incluso para el Charger R/T, que puede opcionarse como ‘Daytona’. Este amplio grado de personalización ha sido crucial para que el Charger se mantenga en el gusto del público y se distinga de otros ofrecimientos, siendo un auto prácticamente único en el mercado. Y muy posiblemente, el año próximo veamos una versión Redeye del nuevo Hellcat Widebody, pero por el momento, esta muscular actualización le sienta muy bien al malévolo sedán de Dodge.