La ocurrencia de un Dodge Viper con motor central no es completamente nueva, pues hasta la marca lo ha pensado. No se ha realizado aún pero eso no ha evitado que sea imaginado.
Por Héctor Torres.
Ese formato de un pronunciado cofre bajo el cual habita un enorme bloque -casi siempre de ocho pistones-, ha sido una tradición entre los deportivos americanos. Tan es así que las menciones especiales corren a cuenta de aquellos que se han concebido en contra de ese precepto.

Un caso ejemplar -que no el único- es el del Ford GT. Recientemente, sin embargo, el que se ha llevado los titulares es el reinventado Corvette. De la que no se ha escuchado nada es de FCA, particularmente de Dodge, en lo relativo a un antídoto para el ícono de Chevrolet.

Y así ha sido, cuando menos, desde 2017 que se puso en pausa la historia del también representativo Viper, año en que se anunció su cese de producción sin un sucesor todavía a la vista.
Que no se tenga certeza sobre si el segmento de los superautos gringos verá el regreso triunfal del Viper, con todo, ha abierto la puerta para que muchos nos imaginemos cómo podría verse una siguiente edición.

Propuesta
Amibelec Design no se ha quedado allí y ha llevado al diseño -virtual- sus ideas. Gracias a ello tenemos un ejercicio bastante real de este americano con, adivinaron, un esquema de propulsor central.
Como saben, técnicamente esto ya era así dada la posición retrasada del mismo respecto del eje frontal, por lo que realmente se trata de una reubicación como tal.
Se nota tan bien cuidado en su concepto que las proporciones hacen que se antoje hasta sensato o, por lo menos, posible. La base es la quinta -y última- generación que tuvo el modelo, pero con dimensiones obviamente replanteadas, ahí que la trasera sea más prominente.

Si queda mejor que el original es un juicio que les dejamos a ustedes. Lo cierto es que esa cúpula de cristal en la zaga deja apreciar algo tanto insólito como atractivo. Más si se trata de un V10 de 8.4 litros aspirado, con más de 600 caballos de potencia.