El especialista italiano presenta un segundo convertible. El Ferrari 812 GTS deriva del Superfast, con todo y su V12 de 800 caballos.
Por José Virgilio Ordaz.
Ferrari 812 GTS, larga vida al V12
Los motores V12 parecen no tener cabida en el futuro a largo plazo, dada la eficiencia obligada por las normas de consumo y emisiones cada vez más estrictas.
Pero mientras eso ocurre, la casa de Maranello nos obsequia el Ferrari 812 GTS, derivado del 812 Superfast y que de paso acompaña al F8 Spider, de modo que son dos los descapotables que la firma nos presenta.
Reputado linaje
El Ferrari 812 GTS combina un V12 entre el eje delantero y una cabina descubierta para deleitarse con la sinfonía de la docena de cilindros, por lo que comparte linaje con algunos de los Cavallinos más renombrados en la pista –y en las casas de subastas-, como el 166 MM o el 365 GTS4 (al que rinde tributo con el nombre), además del 550 Barcheta Pininfarina o el F60 America.
Poderoso corcel
Mantiene el propulsor de aluminio con 6,496 centímetros cúbicos, con una salida de 800 cv (789 hp) a 8,900 rpm y 718 Nm (530 lb-pie) sin necesidad de asistencia, por lo que el Ferrari 812 GTS se erige como el descapotable de producción más potente jamás fabricado por la marca, con permiso del LaFerrari Aperta, que era una serie limitada.
Muy cercano a su hermano
La caja es de doble embrague con siete marchas, conectada al eje posterior y hay dirección en las cuatro ruedas. Declara un 0 a 100 km/h en 3.0 segundos, una décima más que el Superfast y una velocidad tope de 340 km/h, la misma del Coupé, lo que obligó a algunos cambios en la aerodinámica de la parte trasera, al perder los ductos laterales del pilar.
Tecnología al por mayor
El techo rígido se articula a velocidades de hasta 45 km/h en apenas 14 segundos. Los arcos de protección se fusionan con los pilares posteriores y permiten que el medallón, también practicable, se mueva independientemente del techo. El peso se incrementa en 75 kg. Las asistencias electrónicas permiten controlar mejor los derrapes al inducir cierto contravolanteo.
La suspensión es magnetorreológica adaptativa, los discos de freno cerámicos y los rines de 20 pulgadas, con las ruedas traseras ligeramente más anchas.
Sin rivales
Ferrari se guarda para sí el precio de momento, aunque deberá pasar holgadamente de los 400,000 dólares luego de palomear algunas opciones. Lo más cercano que podrán encontrar es un Chevrolet Corvette ZR1 Convertible de 755 hp o un Lamborghini Aventador SVJ Roadster de 770 caballos.