La huelga en General Motors podría extenderse varias semanas, a medida que las negociaciones quedan en punto muerto y se politizan las protestas.
Por José Virgilio Ordaz.
La huelga convocada por los sindicatos de Estados Unidos contra General Motors inicia su segunda semana, sin que se vislumbre una solución pronta.
Negociaciones empantanadas
Al parecer, será necesario negociar un nuevo contrato colectivo, lo que podría llevar varias semanas. Se calcula que cada día en que sus plantas están cerradas cuesta a General Motors entre 50 y 100 millones de dólares.
Contrato expirado
Mientras que los líderes del sindicato se muestran inflexibles, algunos trabajadores comienzan a ver con dudas su futuro en la empresa. Durante la huelga, la atención médica por parte de la empresa está congelada y sólo reciben un pago de 250 dólares a la semana por parte del sindicato, pues su contrato colectivo anterior ya expiró.
Desencuentros con General Motors
El mayor punto de desacuerdo son los costos de atención médica, donde cada parte exige a la otra que aumente su participación en las cuotas que deben pagar. Aunque también se pide mayor certeza para trabajadores eventuales, pues algunos llevan más de ocho años esperando un contrato definitivo.
Cierre de plantas
También se exige reactivar dos plantas recién cerradas en Michigan. Aunque General Motors propuso inversiones y producir baterías para vehículos electrificados, el sindicato sostiene que no es suficiente para compensar los empleos perdidos, además que se les ofrece un salario menor.
Reacción al mercado
La caída de ciertos segmentos en los Estados Unidos obligó a General Motors a cesar varios productos, con el subsecuente cierre de fábricas. Aunque el sindicato y partidos políticos piden nuevos modelos para compensar los salientes, la respuesta a nichos como los eléctricos tomará mucho más que algunas semanas. Se espera que el mercado de repuestos también se vea afectado.
Despidos inevitables
Pese a las presiones del sindicato, analistas consideran que es necesario para GM reducir su capacidad de producción subutilizada en Estados Unidos, o dicho de otra forma, despedir a parte de su plantilla. Se espera también que el inventario en concesionarios, para más de 70 días, les ayude a sobrellevar la huelga.