Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen), con información de Reuters.
Desde su agria campaña, el ahora presidente de los Estados Unidos, el conservador Donald Trump, arremetió contra los mercados que mantienen una relación comercial de superávit con la Unión Americana, especialmente China, México y Alemania, a los que ha amenazado reiteradamente con impuestos extra en sus importaciones.
Sin embargo, al menos en el caso de los alemanes –y varios fabricantes japoneses-, no se han mantenido callados y han demostrado con bastante sustento lo poco que conoce el republicano del mercado automotriz.
Si bien algunas firmas americanas realmente están contratando más gente en algunas plantas, también se han dado despidos ante la caída sostenida del mercado automotriz en general y del segmento de los sedanes en particular. Como una muestra, mientras que las tres armadoras americanas tuvieron pérdidas en los primeros seis meses del año, Honda, Toyota y Nissan presentaron ligeras pero positivas ganancias.
Pese a ello, en el caso de Nissan, que creció un 2.0%, sus SUVs, crossovers y pick-ups tuvieron un incremento del 19.5%, mientras que sus sedanes cayeron 12.1%. Sin embargo, al ser este un escenario más halagüeño que para los locales, en el periodo de 2010 a 2014, de 656,000 nuevos empleos creados en la fabricación de autos en Estados Unidos, dos terceras partes fueron gracias a las firmas extranjeras.
Aunque aún no hay cifras de contratación del periodo más reciente, sí se sabe que el capital extranjero ha efectuado inversiones por más de 700 mil millones de dólares en los últimos dos años para ampliar sus operaciones en el rubro automotriz en Estados Unidos. Contradictoriamente, muchos de los estados que votaron por Trump, como Kentucky, Georgia o Alabama, han sido de los principales receptores de esa inversión.
Quizá el mejor ejemplo sea la planta de BMW en Spartanburg, Carolina del Sur, que produce para todo el mundo las X3, X4, X5, X6 y próximamente la X7. "La presencia de esta compañía cambió todo en la trayectoria de nuestro estado", señaló el gobernador en el evento de inicio de producción de la X3. Pese a ello, Donald Trump venció con un 55% de las preferencias.
El senador republicano local, Lindsey Graham, señala que las políticas de Trump van en el camino equivocado. Explica que si bien los estados del sur sufrieron por la salida de manufactura en los años 90 tras la firma del TLCAN, la llegada de inversión de mayor nivel, como llanteras y automotrices y el crecimiento de las zonas portuarias gracias precisamente al intercambio comercial con México, Europa y China, no sólo han compensado los empleos perdidos, sino que han aumentado el nivel de vida de los trabajadores. Todo lo ganado se pondría en riesgo con la cancelación del TLC y mayores gravámenes, agrega.