Por José Virgilio Ordaz, con imágenes de EFE America & Getty.
El día miércoles a las 23:30 hora local (10:30 hora del centro), se iniciaron una serie de estallidos en la ciudad portuaria de Tianjin, al norte de China en la desembocadura del mar de Bohai. Todo comenzó con dos grandes explosiones ocurridas con 30 segundos de diferencia, seguidas de algunas detonaciones menores.
Según el Departamento de Bomberos local, la causa fue un incendio en un almacén de productos explosivos; al momento de redactarse este artículo se manejaba una cifra de 50 fallecidos, al menos 14 de ellos bomberos; y más de 700 heridos. La provincia de Tianjin cuenta con una población de 12 millones de habitantes, su zona urbana es la quinta más poblada de China, por lo que aún falta por conocer el número total de afectados.
Aunque lo más doloroso es la pérdida de vidas humanas, los daños materiales sirven para darnos una idea de la magnitud de la explosión. El puerto es una de las principales entradas de productos de occidente, destacando, en lo que nos toca, los autos de manufactura europea y norteamericana; entre los vehículos incendiados destacan más de 1,000 VW Touareg; varios Beetle de factura mexicana; Up!; y modelos de otras marcas como Land Rover y Renault.
Las fuerzas armadas monitorean la zona para descartar contaminantes peligrosos en el aire y el agua. Varios residentes que salieron a las calles temiendo el riesgo de un terremoto (la detonación fue captada por sismógrafos), describen que el segundo estallido generó una enorme bola de fuego que iluminó el cielo. La fuerza acumulada de las explosiones se calcula en 27 toneladas de TNT.