Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Aunque el Focus es todavía el vehículo más vendido de Ford en todo el mundo (190 mil unidades en el primer trimestre del año), las casi 121 mil unidades que el Fiesta desplazó en el mismo periodo no son una cifra despreciable, por lo que es todavía un producto neurálgico, especialmente para una compañía en pleno proceso de reestructuración.
De hecho, el Fiesta supera por un buen margen al Focus en Europa, por lo que éste es su mercado más importante. Es por ello que la marca ha invertido un total de 293 millones de Euros para la adecuación de su planta en Colonia, Alemania, para recibir a la séptima generación del modelo.
Estiman que saldrá un nuevo ejemplar cada 68 segundos de estas instalaciones. Desde el lanzamiento estarán disponibles las cuatro variantes prometidas para el viejo continente –ST-Line, Vignale, Titanium, Active-, mientras que para el deportivo ST habrá que esperar a finales de año para ver el comienzo de su fabricación.
Aunque Europa acapare tres quintas partes de las ventas del Fiesta, este es un producto global que, al menos hasta la generación saliente, se produce en mercados tan diversos como España, China, México, Tailandia, Venezuela, Vietnam, India, Taiwán Brasil o Rusia.
Sin embargo, la marca aún no proporciona una fecha estimada de inicio de producción en estas zonas –aunque es posible que no continúe en Venezuela-, siendo el caso de México particularmente apremiante, primero, porque aquí se produce para la zona de Norteamérica; y luego, por los ajustes de producción que ha hecho la marca en los últimos meses.