Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Hace apenas unas semanas que conocimos a la revisada CX-5 en el Salón de Los Ángeles y Mazda ya ha echado a andar las líneas de montaje para producirla, concretamente, en la factoría de Ujina, en Hiroshima, Japón.
La CX-5 se ha convertido en el segundo producto más importante de la marca, sólo detrás del Mazda3, al contribuir con el 25% de las ventas totales en todo el mundo para el fabricante. Es por ello que no ha perdido tiempo para comenzar a llenar su inventario con miras a comenzar sus ventas en febrero en Japón, más cuando recordamos que cuando se lanzó el primer modelo, la demanda superó a la oferta, por lo que hubo de aumentarse la producción y retrasar su llegada a algunos mercados.
La planta de Hiroshima resulta neurálgica, ya que si bien la CX-5 también se fabrica en Malasia, Rusia y China, lo hace en esos países de manera casi completamente local, cuando es la factoría de Japón la que surte casi todo el mercado mundial, especialmente occidente.
La SUV de Mazda ya acumula más de millón y medio de ventas globales, por lo que se espera que esta renovada propuesta de media generación replique el éxito observado hasta ahora. Aún no hay fechas concretas, pero se espera que las presentaciones en sus diferentes mercados se distribuyan a lo largo del siguiente año, con posterioridad a Japón.