Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Recién conocimos a la Volkswagen Atlas en el Salón de Los Ángeles el mes pasado, pero su primera representante para el segmento de las SUV medianas de tres filas de asientos es neurálgica para la firma germana, que aunque no lo dicen, esperan que eventualmente se convierta en su producto más popular en los Estados Unidos, o que al menos se posicione muy cerca del Jetta, algo que de momento no ha logrado el Passat NMS, que se contenta con casi la mitad de las unidades desplazadas del sedán compacto (65,761 vs. 108,028 hasta noviembre), algo poco acostumbrado para con nuestros vecinos del norte, donde los vehículos medianos son más populares.
Y si su infortunio no fuese suficiente, el Passat se enfrente a una caída generalizada de su segmento, que lo tiene con una pérdida del 11.9% en lo que va del año. Pero contra los avatares de los sedanes medianos, las SUVs y Pick-ups están al alza en la Unión Americana, de ahí que la próxima llegada de la Atlas y la Tiguan LWB sea tan importante para Volkswagen.
Es por ello que, bajo el lema “impulsando a América”, a partir de hoy la Atlas ya comparte línea de montaje con el Passat en Chattanooga, Tennessee, lo que implicó una inversión de 900 millones de dólares para reacondicionar la factoría, pues requirió una ampliación de 6.2 hectáreas y la contratación de 400 nuevos empleados, que podrían ascender a más de 2,000 en los siguientes meses si la demanda se incrementa tanto como VW espera (algo que debería ser digno de recalcar cuando este es actualmente un tema de blofeo político).
La Atlas presenta medidas similares a los modelos más grandes de su amplio segmento, que incluye nombres como Mazda CX-9, Nissan Pathfinder, Toyota Highlander, Ford Explorer, Chevrolet Traverse, Dodge Durango Pentastar, Honda Pilot, Hyundai Santa Fe y Kia Sorento. La SUV de Volkswagen comenzará ventas en el segundo semestre de 2017.