Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Pese a algunos indicadores favorables que se difundieron apenas el 1 de septiembre, la confianza del consumidor mexicano sigue decayendo, como lo muestra la desaceleración de uno de los indicadores más importantes de la economía nacional: la venta de autos nuevos.
Por tercer mes consecutivo se presenta una caída importante de más del 5%, comparado con el mismo periodo del año pasado. Según cifras de la AMDA (Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos), el retroceso fue del 6.5%, 125,331 unidades contra 134,043 ventas en agosto del 2016.
La mayor parte de los fabricantes más grandes, como Nissan (-12.6%). General Motors (-15.9%), Volkswagen (-14.5%), Toyota (-3.1%) y Ford (-17.5%) continúan con una caída sostenida, aunque llaman la atención aquellos que rompen esta tendencia, como FCA (13.3%), con crecimiento en sus filiales de mayor penetración, como Dodge (6%), Fiat (78%), con un Mobi que acapara más de la mitad de las ventas, Jeep (11%), que acaba de lanzar la Compass de segunda generación y RAM (14%).
Otras destacadas que crecen a contracorriente son Kia (29.8%), gracias a los Rio HB y Sedán armados en México; Hyundai (23.1%), que acaba de lanzar al Accent; Suzuki (33.5%) cuyo renovado Swift destaca por motor y equipamiento; y Subaru (40%) que también acaba de presentar la más reciente generación del Impreza y el XV.
El acumulado total del año es de 990,492 autos, que si bien se encuentra cerca del límite sicológico del millón de unidades, es apenas 0.3% superior contra el acumulado del mismo periodo en 2016, 987,663 vehículos, por lo que de continuar la tendencia a la baja, algo que parece muy difícil de revertir pese al optimismo de ciertos grupos políticos, ya para el siguiente mes, con tres cuartas partes del año recorridas, es muy probable que veamos números rojos en el total.