Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
“Toyota Motor dice que va a construir una planta en Baja, México, para construir autos Corolla para los Estados Unidos ¡De ninguna manera! Construyan la planta en los Estados Unidos o paguen un alto impuesto fronterizo” (Sic).
Toyota Motor said will build a new plant in Baja, Mexico, to build Corolla cars for U.S. NO WAY! Build plant in U.S. or pay big border tax.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 5 de enero de 2017
Este es el Tuit con el que el presidente electo de los Estados Unidos amenaza ahora al fabricante japonés Toyota, por una “nueva planta en Baja” (Baja California, aunque el apócope es común al norte del Río Bravo gracias a competencias como la Baja 1000). Lo primero que cabe aclarar es que Toyota ya cuenta con una Planta en el estado peninsular desde 2002 donde se arma la pick-up Tacoma, es en el estado de Guanajuato donde se establecerá la factoría destinada al Corolla.
Sin embargo, pese al yerro del político conservador, esto no quita el peligro que representa para la economía mexicana, toda vez que si bien se armará el Focus en Hermosillo (sin que se especifique hasta ahora si la producción tendrá como destino toda América, Norteamérica o sólo el mercado local mexicano), al final, tras ocho meses de haber realizado una confirmación oficial que había desencadena una serie de inversiones paralelas, Ford decidió cancelar la nueva planta de San Luis Potosí, aunque de momento no se ha visto afectada el resto de su producción, que incluye los modelos Fiesta, Fusion y MKZ, además de motores.
Aunque Ford se había resistido a los embates del republicano, al final se doblegó y redirigió parte de su inversión a territorio Estadounidense. Trump dirigió entonces sus esfuerzos contra General Motors, cuyo caso es más extremo al anunciar despidos y paros técnicos en Estados Unidos.
Sin embargo, es ahora que por primera vez el magnate devenido en político dirige sus ataques mediáticos contra una empresa de capital extranjero, al amenazar a Toyota con gravámenes extra en caso de aumentar sus importaciones de México a Estados Unidos. Si bien tal amenaza es violatoria del Tratado de Libre Comercia para América del Norte (TLCAN-NAFTA), Trump también ha afirmado que “renegociará” o desconocerá el acuerdo.
Los CEO de Toyota y Honda anunciaron el jueves pasado que no tienen intención de reducir por ahora su producción en México y que esperarán hasta ver qué políticas adopta el presidente una vez que esté en funciones para decidir si implementarán cambios. La planta de Guanajuato iniciará operaciones en 2019, si todo sale bien.
“Producimos autos en México para mercados que incluyen a Norteamérica y Europa y no tenemos planes inmediatos de cambiarlos”, señaló Akio Toyoda, presidente de Toyota.
Actualmente, Toyota es una de las empresas extranjeras que más empleos genera en la Unión Americana, ya que ahí producen modelos como el mencionado Corolla, el Camry, la Venza, el Avalon, el Lexus ES, la Tundra, la Tacoma, la Sequoia, la Sienna, la Highlander y varios tipos de motores, productos que a su vez se exportan a otros países. No en balde, el autoconstructor japonés es no sólo uno de los más grandes del mundo, es el responsable de la actual línea de montaje (“Toyotismo”) que se usa en prácticamente toda la industria automotriz y manufacturera y una de las firmas que más ha invertido en la deslocalización de sus fábricas.