Por José Virgilio Ordaz.
Hace ya algunos años, Volkswagen AG, entonces dirigida por Ferdinand Piëch, se propuso ser el mayor fabricante de autos del planeta en 2018. Tras la caída de General Motors, la corona fue reclamada por Toyota, la cual ha tenido que soportar desastres tanto naturales como internos, por lo que sus mismos directivos aceptaron que habían llegado a un punto en que crecer sería sumamente complicado.
Volkswagen en cambio, ha estado renovando su directiva, adquiriendo filiales y reestructurando su organización. En el acumulado de los primeros meses del año, el conglomerado germano, contando las ventas de los camiones MAN y Scania, ha contabilizado 5.04 millones de autos vendidos, que pese a una caída del 0.5% contra el mismo periodo de 2014, son suficientes para superar los 5.02 millones de autos vendidos por el consorcio japonés.
Toyota, incluyendo las ventas de los Kei car Daihatsu y los camiones pesados Hino, ha tenido una reducción del 1.5%, lo que explica que haya caído al segundo lugar. En un lejano tercer puesto se encuentra General Motors, con un acumulado de 4.86 millones de vehículos y una caída del 1.2% contra el año pasado.
Pese al crecimiento de seis puntos porcentuales en Estados Unidos, Toyota se ha visto afectada por los desastres naturales en Asia, mientras Volkswagen, si bien ha tenido un crecimiento importante en Europa occidental del 6%, se ha visto castigada por la caída de China, su principal mercado, al grado que de seguir la tendencia en el gigante asiático, el cierre del año podría regresar el primer lugar a Toyota, aunque ambas firmas también han resentido la crisis de Europa oriental provocado por el conflicto de Crimea.