Llegan por fin las versiones AMG del recién actualizado GLC, tanto en carrocería regular como crossover-coupé, portando un V6 biturbo de 385 hp.
Por Edmundo Cano
Hace algunos meses, Mercedes-Benz presentó la actualización del crossover GLC, y ahora ha llegado la inevitable versión AMG, ofrecida tanto para la carrocería ‘regular’ de SUV, como para el coupé-crossover. Las líneas generales se mantienen, pero un AMG no puede ser un AMG sin fascias deportivas con enormes entradas de aire, apéndices de fibra de carbono, salidas de escape cruádruples y rines deportivos con enormes frenos tras de ellos. La estética de ambos modelos respalda por completo su deportividad.
También su corazón, pues bajo el cofre encontramos un V6 de 3.0 litros biturbo, que eroga 358 hp y 383 lb/pie de torque, llevados al pavimento por una caja automática de 9 relaciones y el sistema 4Matic de tracción integral de AMG. Los 100 km/h los alcanza en 4.7 segundos, y la velocidad máxima está limitada a 250 km/h.
El bastidor cuenta con la suspensión de aire ‘Air Body Control’ y el sistema de estabilidad ‘AMG Ride Control’ como equipo estándar; ambos sistemas trabajan en conjunto para ajustar la calidad de marcha y la dureza de la suspensión dependiendo del modo de manejo elegido (‘Comfort’, ‘Sport’, y ‘Sport+’). El sistema de tracción integral, por su parte, prioriza en relación 31 a 69 la tracción trasera.
Los interiores, extrañamente, no incorporan la enorme pantalla táctil que dobla funciones como cuadro de instrumentos que hemos visto en casi todos los Mercedes recientes; lo que sí hay por todo el habitáculo es mucha fibra de carbono y aluminio. Los asientos deportivos y el volante AMG multifunción con la parte baja plana son exclusivos del modelo. AMG aún no ha develado detalles de precios o disponibilidad del GLC 43.