Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Lanzado en 2014, el Chevrolet Corvette es todavía un modelo lo suficientemente nuevo como requerir apenas pequeños cambios para mantenerse vigente.
Y aunque presenta un ligero retroceso en ventas en la Unión Americana, su principal mercado por mucho, todavía se las arregló para vender casi 30 mil unidades en 2016, más de tres veces lo que desplazó el Porsche 911 -en los Estados Unidos-, ni hablar del Dodge Viper próximo a fenecer, que apenas vendió 630 ejemplares.
Es por ello que para el año-modelo 2018, el Corvette recibe adecuaciones mínimas. Mientras que anteriormente los rines de serie eran de 18 pulgadas y los opcionales de 19, ahora son de 19 y 20 respectivamente, siendo los segundos derivados del paquete Z51. Hay cinco tipos de aleaciones a elegir.
La suspensión magnética ahora se puede adquirir como una opción independiente, además de otras opciones mejoradas como radio satelital, cámara retrovisora o Head-up Display, así como conectividad Android Auto y Apple CarPlay, sistema OnStar con red WiFi 4G LTE, llave inteligente, sonido Bose con 10 parlantes (sí, en un biplaza) y asientos forrados en piel calefactables y ventilados y climatizador dual. Se añade el color gris cerámica Matrix.
El Corvette cumple 65 años, por lo que estará en opción el paquete estético Carbon 65 (en la galería) con piezas de fibra de carbono en ruedas, spoiler, asientos y el umbral de las puertas, así como insignias alusivas, que es válido para los estilos de carrocería Coupé y Convertible. No hay cambios mecánicos, aunque con un V8 de 460 HP no parece necesario.
Para los Estados Unidos, los precios comenzarán en 56,490 dólares (1 millón de pesos). Las ventas iniciarán antes que termine el año.