Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Ya es 16 de junio y tal como lo prometió, Volkswagen presenta la sexta generación del subcompacto Polo.
Por fuera, tal como se esperaba, presenta un diseño evolutivo en la línea de los lanzamientos más recientes de corte generalista de la marca (el Passat europeo y el Arteon han sido mucho más propositivos sin alejarse demasiado del funcionalismo germano), aunque al menos en las versiones mostradas el tablero logra una presentación más elegante.
El Polo se pone al corriente tras ocho años en el mercado y, tal como el resto de su competencia a lo largo de casi una década, aumenta prácticamente todas sus cotas; tan sólo la capacidad de carga aumenta 25% para quedar en 351 litros, contra 280 de la generación saliente o 380 litros de su ya no tan mayor hermano Golf.
La longitud crece 8 cm (4.05 vs. 3.97 metros), 7 cm para el ancho (1.75 vs. 1.68 m) y 9 cm para la distancia interejes (2.56 vs. 2.47 m). Sólo la altura se redujo en 7 mm, quedando redondeadas ambas cifras en 1.45 metros.
La plataforma MQB A0 compartida con el nuevo SEAT Ibiza le permite –al menos para Europa- recibir en opción los últimos adelantos en tecnología ofrecidos en sus hermanos mayores, como control crucero automático, asistente de frenado de emergencia, detección de punto ciego, faros full-LED, entrada y arranque sin llave, una pantalla para el sistema de infoentretenimiento de hasta 8 pulgadas con Apple CarPlay, Android Auto y Mirror Link, carga inalámbrica por inducción para celulares y un cuadro de instrumentos digital. De momento, no se habla del sistema de control de gestos estrenado en el Golf.
Para el viejo continente, ofrecerá de entrada un tricilindro de 1.0 litros con 65 HP y 75 HP atmosférico compartido con el up!, que mejora su salida vía inducción forzada a 95 y 115 caballos, mientras que en diésel, habrá un motor 1.6 litros con ajustes de 80 y 95 HP. Con 95 corceles o menos, los motores se aparejan con una caja manual de cinco velocidades, aunque a partir de esa cifra pueden optar por una transmisión automática de siete relaciones; y arriba de los 115 HP, hay una manual de seis cambios.
Aunque se esperaba el 1.5 litros turboalimentado de 150 HP visto en el Golf, al parecer tardará un poco más. La gama se complementa con un impulsor a gas natural 1.0 litros con 90 HP y el más interesante GTI con el cuatro cilindros 2.0 litros bien conocido en su hermano mayor, ajustado en este caso para rendir 200 HP y que puede pedirse con o sin tercer pedal.
Las variantes más equipadas ofrecerán aplicaciones de color en el interior, mientras que habrá 14 opciones cromáticas para el exterior, 12 diseños de rines (de 17 pulgadas para el GTI), 13 diferentes acabados interiores y 11 tipos de vestiduras para los asientes (a cuadros para la vertiente deportiva). Con una producción que ya arrancó, se espera que los primeros pedidos se cubran en Europa apenas terminado el Salón de Frankfurt, para cubrir la región entre finales de este año y enero del 2018.
Por supuesto, en México ya se presentó el año-modelo 2018 del Polo, todavía en su generación saliente, por lo que deberemos verlo quizá como modelo 2019 cuando el siguiente año esté más avanzado, a medida que esta nueva iteración se vaya “tropicalizando” para mercados emergentes –salvo el GTI, todos los grados y ajustes nos llegan de la India y es probable que así continúe-. No parece plausible que ambas generaciones convivan, al menos no en el mismo estilo de carrocería –el Vento se mantendrá unos años más-, cuando el nicho de acceso a los subcompactos está ocupado ya por el Gol sudamericano.
Más adelante, conoceremos una crossover subcompacta hermanada con el Polo, bajo la denominación T-Roc, que a su vez compartirá fundamentos con la venidera SEAT Arona.
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