Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
El IIHS (Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras), acaba de realizar una encuesta en los Estados Unidos, en que cuatro de cada cinco pasajeros adultos reconocieron que no siempre usan el cinturón de seguridad cuando abordan las plazas traseras, especialmente en viajes cortos o cuando usan programas de movilidad compartida o taxis.
Al parecer, ello se deriva de la percepción de que las plazas traseras son más seguras, dado que ahí se recomienda llevar a menores de edad, aunque estos van casi siempre en asientos especiales –en los Estados Unidos-.
Jessica Jermakian, ingeniera senior de investigación del IIHS, señala que para un ocupante adulto, las plazas traseras y las delanteras son igual de seguras, siempre que se use el cinturón de seguridad, lo que también aplica para vehículos de renta. Los sistemas que recuerdan al conductor que debe ajustarse el cinturón han ayudado a que sea la plaza más segura, más por ese hecho que por la posición en sí.
De acuerdo a cifras del gobierno estadounidense, más de la mitad de las personas que fallecieron en accidentes de tránsito no usaban el cinturón de seguridad. De acuerdo a la encuesta, los hombres mayores son menos propensos a usarlo, mientras que por el contrario, las mujeres lo usan más. Los adultos con mayor preparación académica también usan el cinturón de seguridad con más frecuencia que aquellos que sólo tienen educación básica. 12% de los encuestados arguyó que el sistema de retención era incómodo o que les costaba trabajo abrocharlo.
La última prueba de impacto del instituto muestra no sólo cuan inseguro es no usar el cinturón en las plazas traseras para el propio usuario, sino para el resto de las pasajeros, al convertirse este en un “proyectil” que sale disparado.
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