Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen)
¿Recuerdan esos boxeadores inflables que, no importa cuántas veces los golpearan, siempre volvían a levantarse?
Tesla acaba de realizar un experimento similar, pero con su SUV Model X. Es un principio muy conocido de física que, mientras más alto se encuentre el centro de gravedad, más propenso a volcarse es un vehículo, como se ha demostrado en múltiples “pruebas de alce” o de evasión alrededor del mundo.
Sin embargo, la Model X, como buen vehículo eléctrico, mantiene la mayor parte de su peso cerca de los ejes de las ruedas, gracias a los compactos motores eléctricos, por un lado y a que las baterías, que por sí misma pesan entre 500 y 600 kg, fungen como la parte estructural del piso, reforzadas además por una placa de titanio.
Ahora, la marca nos comparte un video de pruebas internas de volcaduras, donde, mediante aceleración lateral extrema a diferentes velocidades, se intenta que la camioneta quede con las ruedas hacia arriba o, peor, que dé una vuelta de campana. Sin embargo, su distribución de pesos la regresa a su posición original, aun cuando llega a recargarse en su costado en un par de ocasiones.
Tesla no se ha cansado de ostentar las buenas calificaciones tanto de la Model X como del Model S por parte de la NHTSA (aunque en el IIHS el sedán no destacó en la prueba del impacto frontal al 25%), donde incluso la SUV fue calificada como el vehículo todoterreno más seguro jamás probado por el organismo, con calificaciones de cinco estrellas en todas las pruebas realizadas.
Model X is the first and only SUV to achieve a NHTSA 5-Star safety rating in every category and subcategory, with the lowest probability of rollover and overall injury of any SUV pic.twitter.com/V0f8ljeIBp
— Tesla (@Tesla) 20 de mayo de 2018