Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Actualmente, muchas personas no pueden concebir su vida sin la ayuda –o la carga- que representan los teléfonos inteligentes o Smartphones. Bien sea como una auténtica herramienta de trabajo que nos permite comunicarnos y compartir información prioritaria en tiempo real, o como un mero evasor en tiempos muertos –y no tanto- mientras se está en la oficina o la escuela.
Dada la libertad de cada quien de invertir o gastar el tiempo como mejor le venga en gana, no debería haber problema con lo anterior ¿No es así? No necesariamente, sobre todo cuando este tipo de distracciones comienzan a invadir ciertas actividades que requieren mayor atención, tal como en el caso que nos ocupa, el manejar un automóvil en medio del tráfico, pese a los cada vez mayores esfuerzos por restringir su uso.
Desde siniestros menores hasta verdaderas tragedias, no es raro saber de accidentes que se suscitan a causa de unos segundos de distracción, ocupando un porcentaje cada vez mayor entre los posibles distractores los mencionados teléfonos. Es por ello que la NHTSA (Administración Nacional de la Seguridad del Tráfico en las Carreteras de los Estados Unidos) ha lanzado una solicitud a las empresas que venden estos productos para que desarrollen de manera voluntaria un “modo conductor”.
Así como el conocido “modo avión” restringe varias de las funciones del Smartphone, el modo conductor haría lo propio, mientras que facilitaría el acceso a las funciones que siguen activas. De momento, Apple y Google trabajan para que sus sistemas de conectividad Apple CarPlay y Android Auto ofrezcan este tipo de limitación, aunque estaría restringida a su sistema y no al aparato en sí.
En su momento, la NTHSA hizo un llamado similar para que las funciones del sistema de infoentretenimiento fueran menos distractoras, evitando, por ejemplo, el uso de textos largos en el navegador. Con la nueva propuesta, el organismo no puede obligar a las telefónicas a implementar este tipo de sistemas, además que como ha ocurrido con otras funciones limitadas, como juegos en línea, es difícil de determinar si el teléfono está siendo usado por el conductor o por un pasajero que no tiene problemas con distraerse.
También debiera de existir la forma de siempre desconectar este tipo de sistemas, pese a lo que dicta el sentido común. Mientras autoridades y fabricantes llegan a una solución y un consenso, lo mejor es abogar por la buena fe de los conductores, aunque esto siga costando vidas en las carreteras.