Por Edmundo Cano
Según un informe del senador Ed Markey presentado el pasado lunes, la mayoría de las armadoras automotrices no están preparadas para responder a un ataque cibernético a los sistemas electrónicos de sus autos. La incorporación de sistemas de infotenimiento que incluyen entre sus funciones conexiones inalámbricas a teléfonos y otros dispositivos, monitoreo de las funciones y rendimiento del vehículo, e incluso interacción remota con éste, han abierto también la puerta para que estos sistemas sean blancos de ataques cibernéticos y las armadoras, al parecer, no le han dado a este tema la seriedad que debiera tener.
De 16 marcas encuestadas sobre el tema, sólo dos dieron una respuesta clara y contundente respecto a cómo enfrentarían una invasión cibernética de un vehículo. El resto ofreció explicaciones vagas, o simplemente se abstuvo de contestar la pregunta. Algunos funcionarios de las compañías automotrices ni siquiera parecían entender las preguntas planteadas en el cuestionario. Mientras los automovilistas se vuelven cada vez más dependientes y familiares con este tipo de tecnología, las armadoras no han tomado las precauciones necesarias para que esta latente posibilidad no sea una amenaza real.
Estas precauciones no solamente se refieren a responder o a resolver una infiltración de hackers, sino a prevenir que suceda. Hoy en día es alarmantemente fácil introducirse a un automóvil por medio de su conectividad con otros dispositivos y poder llegar a controlar sistemas vitales, como la función de estacionamiento autónomo o la simple activación de seguros de las puertas o apertura de cajuela.
Adicionalmente a estos peligros, la facilidad de infiltración de estos sistemas también abren la puerta a la invasión a los dispositivos que interactúan con ellos, por lo que la privacidad y los datos privados y personales de los conductores también están en riesgo de ser violados. Las mismas armadoras pueden ser acusadas de invasión a la privacidad del automovilista debido a que también recolectan una cantidad impresionante de información a través de estos medios, sin que hasta este momento sea cuestionada la ética de este comportamiento.