Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Mientras se da a conocer que nadie ha muerto a bordo de una XC90 en la Gran Bretaña desde que fuera lanzada su primera generación, pese a que se han vendido más de 54 mil unidades en 16 años en aquella región, Volvo toma al primer producto de su ahora nueva filial Polestar y lo lleva a estirar las piernas en la nieve.
Presentado hace unos meses, el Polestar 1 es un coupé híbrido que promete un rendimiento de hasta 600 HP y 1,000 Nm (738 lb-pie), del que ya se aceptan depósitos por 2,500 dólares para poder manejar una unidad (que no comprarla), de hecho, ya cuentan con más de 7,000 órdenes previas.
Para demostrar sus intenciones, la nueva división lleva un prototipo al círculo polar ártico en Suecia para probarlo a temperaturas de hasta -28 grados centígrados y velocidades de más de 140 km/h en medio de la nieve y el hielo (no lo intenten en casa, haya nieve o no).
Las pruebas tienen como objetivo medir el desempeño en condiciones extremas de elementos como el tren motriz, el paquete de baterías, el sistema de vectorización de par, la suspensión y sobre todo la dinámica de conducción, pues estamos ante un deportivo de alta gama.
“Nuestros probadores nos han dejado algunos comentarios entusiastas sobre el manejo y la dinámica en particular. Además de estar muy contentos con el equilibrio del chasis, están particularmente entusiasmados con la vectorización de par. Ahora estamos muy seguros de cómo esto mejora la capacidad de respuesta y precisión de las curvas del Polestar 1. Este es el automóvil para el conductor”, comentó Thomas Ingenlath, CEO de Polestar.
Destinado a fabricarse en China, es muy posible que el Polestar 1 se exhiba ante el público la próxima semana en el Salón de Beijing, aunque no podrán comprar uno ahora, pues llegará a las calles hasta mediados de 2019 y de hecho tampoco podrán hacerlo para entonces, pues sólo estará disponible por medio de un programa de arrendamiento.
Luego que Li Shufu, director de Geely, dueña de Volvo, se hiciera con el 9.69% de Daimler tras una compra de acciones por un valor de 9,000 millones de dólares, se espera que el autoconstructor alemán y su par chino estrechen lazos de cooperación, especialmente en lo que concierne a sus filiales Mercedes-Benz y Volvo, en lo que toca a motores y electrificación.
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