Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Ya estamos en agosto, por lo que falta poco más de un mes para que se presente la nueva generación del Nissan LEAF.
Es por ello que, como se ha hecho costumbre en fechas recientes, la marca continúa compartiéndonos detalles a cuentagotas hasta el día marcado. Así, tras compartirnos adelantos del sistema de manejo semiautónomo y del asistente de auto-estacionamiento, ahora Nissan se centra en la aerodinámica y “la suavidad”.
Dos son los enfoques en la aerodinámica, el primero, es reducir el arrastre, es decir la resistencia que crea el aire al avanzar, lo que es especialmente importante en vehículos de pretensiones ecológicas como este LEAF o el Toyota Prius. El segundo, el que no veremos aquí, es el “efecto suelo”, el que aprovecha ese mismo empuje del aire para crear una fuerza descendente (contraria a la fuerza ascendente que hace que los aviones se eleven) y que mantiene al auto pegado en la pista, gracias a que, a diferencia de la fuerza que puede generar el peso mismo del vehículo, que crea inercias laterales, el “efecto suelo” es siempre vertical. Lamentablemente, este efecto tiende a aumentar el consumo, algo que no querrán en su auto “verde”, de ahí que, pese al fuerte énfasis en la aerodinámica en ambos casos, difícilmente verá un híbrido o eléctrico atiborrado de alerones, claro, a menos que sea un superdeportivo como un LaFerrari.
Así, poco más se puede apreciar del LEAF aparte de su esculpido perfil. Vemos un techo “flotante” al estilo de la Murano, algo que ya se ha corroborado en mulas de pruebas, mientras que Nissan asegura que el vehículo será algo más bajo para hacerlo más estable en carretera, lo que redondea el enfoque en “suavidad”.
Por supuesto, faltan por conocer detalles neurálgicos como la potencia, el precio o la autonomía, pero aún queda bastante tiempo de aquí al 6 de septiembre, cuando el Nissan LEAF de segunda generación hará su debut oficial.
https://www.youtube.com/watch?v=LrNIvSQXRXg