Klaus Bischoff, jefe de diseño de Volkswagen, habla de cómo la herencia de la marca influyó en el Golf, el GTI y en sus vehículos eléctricos ID.
Por José Virgilio Ordaz.
Volkswagen se vio obligada a un rápido viraje desde la ‘dieselización’ y el ‘downsizing’ hacia la electrificación, a causa del DieselGate. Sin embargo, mientras se reinventa, la marca tiene que mantener las claves que la identifican, como señala en una entrevista Klaus Bischoff, jefe de diseño de Grupo Volkswagen.
Herencia
Bischoff tiene el trabajo más sencillo del mundo, o el más complicado, según cómo se vea. Volkswagen y sus filiales en general no son especialmente proclives a hacer cambios abruptos en su lenguaje de diseño. Si acaso SEAT se da de cuando en cuando la oportunidad de experimentos arriesgados, pero ‘tradición’ parece ser la palabra clave en Volkswagen, Porsche, Lamborghini o Bentley.
Volkswagen: diseño y tradición
En una entrevista, el creativo indicó: ‘Si saltas demasiado lejos, si vas demasiado lejos, especialmente si entras en el campo donde los diseños son incómodos y pueden ser diferentes, pero no equilibrados o modernos, pierdes a tus clientes’. Es decir, la gente espera que un auto se vea como un auto; y que un Volkswagen se vea como un Volkswagen. Claro, marcas asiáticas, francesas o firmas nuevas como Tesla son proclives a dejarnos rascándonos la cabeza cada cierto tiempo (Cybertruck), pero los alemanes saben que sus clientes son de otro tipo, más apegados al funcionalismo de la Bauhaus.
El diseño del Volkswagen Golf
Klaus Bischoff indica que la herencia jugó un papel fundamental en el diseño del Volkswagen Golf de octava generación, pues miró hacia atrás a las siete fases previas para tener una idea de cómo debería de ser la continuación de la serie. Por eso, en el GTI hay tela de tartán en los asientos, una transmisión manual con un remate de bola de golf o acentos rojos. Klaus recalcó que los compradores del GTI son de los pocos que aún piden una manual en una proporción importante.
Electrificación
Pero también hay modernidad no demasiado estridente en el Golf, con superficies táctiles, pantallas y variantes con hibridación suave. Lo que aún no hay es un GTI híbrido. Para quien lo requiera, está el GTE, que tiene la misma potencia y más par motor, pero también más peso, lo que a decir de Volkswagen también compromete el manejo. No es de extrañar que la marca urgue en su herencia para crear conceptos retro como el I.D. Buzz o el ID Buggy, mientras que no descarta en un futuro rescatar los nombres Beetle y Safari, junto con su diseño, para nuevos modelos eléctricos. Bischoff indica que diseñar la familia ID representó un reto monumental.
Aunque el diseño de Volkswagen parezca demasiado sencillo y funcionalista, el consorcio emplea a más de 1,600 diseñadores de 30 nacionalidades, por lo que es un apartado que resulta neurálgico para su operación. Pese a las nuevas tecnologías, como la realidad aumentada, vitales en esta época de sana distancia, el equipo aún confía en los modelos reales; y en la sensación táctil que transmiten.