Por Héctor Torres Fotos: Yacko Cornejo Edición para online: Manuel Fernández
El exótico coupé de la filial de lujo de GM, el CTS presentado en 2008, termina su ciclo de vida este año y ello tiene mucho que ver con la llegada del que ahora nos ocupa, pese a que no lo parezca. Lo que sí parece es que, por el momento, se acabaron las exageradas líneas angulosas, quizá también aquel tajante dilema de “o te gusta o no”.
Así las cosas
Ya que no tendremos en el corto plazo un sucesor de dos puertas para el actual CTS –y como no es secreto que comparten plataforma–, este ATS arriba adoptando en su totalidad el rol como el deportivo de toda la gama.
Por fuera, la depurada estética es prácticamente idéntica a la del sedán pero curiosamente comparten poco; los paneles de carrocería en puertas son de diseño específico, así como la tapa de la cajuela y las ensanchadas salpicaderas. Además, es más bajo.
Por dentro, casi todo se ha trasplantado, incluida la destacable calidad de materiales y terminado que nos dejó un gran sabor de boca. Quizá la única novedad se encuentra escondida tras la consola central, en el compartimento secreto que se descubre tras tocar el borde inferior del panel de los mandos del aire acondicionado: un cargador “wireless” para teléfonos móviles denominado “Mat Charger”, útil para emplear los dispositivos de enlace que tanta batería restan.
Casi ahí
En el apartado mecánico, es una suspensión trasera modificada la que se incorpora, ahora con cinco en vez de cuatro elementos de articulación. También el ancho de vía es mayor que en su contraparte de cuatro puertas, situación que no altera perceptiblemente su manejo y lo mantiene con balanceado aplomo. Es firme, eso sí, lo cual enfatiza, por cierto, el esfuerzo logrado con la bien aislada cabina.
La dirección es muy precisa al momento de apuntar y acometer una curva pero advierte un perceptible tacto sobre-asistido, especialmente al comandar sutiles correcciones dentro del carril o si se juega con la nobleza del equilibrado bastidor y su tracción trasera. Es propenso al sobreviraje si se abusa del acelerador y sin que ello suponga un sobresalto para el conductor, pues el fino ajuste permite que se contrarreste intuitivamente. El que nos queda a deber en ahínco es el mismo propulsor, que si bien una pieza de tecnología avanzada y por demás competente, no transmite por completo esa conexión entre el volante y sus clamados 272 equinos. La transmisión, por su parte, compensa con deliciosa suavidad una cierta demora en su operación, mas se agradece que nos respete cambios hasta el corte de inyección en modo manual.
¿Justa medida?
Tratándose de vehículos concebidos para el esparcimiento serio de algunos cuantos con la cartera para costearlos, con todo el lujo a bordo y las vistas requeridas para avalar el estatus, este Cadillac no decepciona, colocándose por prestaciones quizá entre un A5 y un 428i, pero con un precio que podría robarle el sueño a ambos.
NOS GUSTA
Aspecto en general
Puesta a punto del chasis
Nivel de equipamiento
NOS GUSTARÍA
Programas de manejo más efectivos
Transmisión más proactiva
La caja manual como opción
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: L4, 2.0 l, turbo
Potencia máxima: 272 hp a 5,500 rpm
Par máximo: 353 Nm entre 1,700 y 5,500 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Automática, seis velocidades
Tracción: Trasera
DIMENSIONES
Largo x ancho x alto: 466 x 184 x 139 cm
Distancia entre ejes: 277 cm
Cajuela: 295 litros
Tanque de combustible: 60 litros
Peso vacío: 1,550 kg
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 15.20 s
Rebase 80 a 120 km/h: 5.15 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 40.2 m