La Chevrolet Blazer aprovecha la nostalgia y retoma un título halo de las primeras SUVs familiares y lo transforma en una carrocería inspirada en el célebre Camaro.
Por Gilberto Samperio Fotos: Carlos Quevedo
Quizá porque las formas tan audaces de las últimas camionetas de talante grupal inspiran y presumen excelente aceptación comercial o porque siempre existen clientes que aman tanto un símbolo, que no dudarán en adquirir todo lo que suene o parezca al mismo, Chevrolet se desapega de sus costumbres manufactureras y se apunta con una singular mezcla de nostalgia y misticismo.

Inspiración familiar
Su reciente Blazer, elaborada sobre la plataforma C1 de GM, compartida con la reciente GMC Acadia y la última Cadillac XT5, la ubican como una SUV mediana, aunque sus creadores prefieren definirla como una crossover dado su innegable guiado estético en otro símbolo deportivo de la casa: el mítico Camaro.
Nada discreta
Basta admirar el primer volumen para apreciar esa dramática caída del parabrisas y el cofre, éste encabezado por una fascia ruda y unos faros muy afilados, detalles que nos hacen buscar mentalmente las formas del insigne coupé nacido en los 60. De hecho, todos los bajos son decorados en negro y aligeran la robusta silueta e incluso hay guiños cosméticos como el símil de extractor en la última defensa.

Si seguimos la cintura, no hay duda alguna: fuerte y enfática, cierra en unas prominentes “caderas” justo donde el segundo eje tiene cabida para sus ruedas. Mientras, el tercer poste es ancho pero exhibe un acento negro que culmina en un alerón dividido que evoca al equivalente del Camaro más reciente.
Y las calaveras, cuyo estilo tampoco niega la “admiración” hacia el ícono musculoso, lucen unas formas también muy aguzadas. Todo el conjunto ofrece un aspecto bello, muy atractivo que evidencia el magnetismo animal del celebrado dos puertas de la casa.

También por dentro
Al interior, la ambientación también repite con un tablero de igual simetría al del Camaro, pero con mayor aire para todos los instrumentos y módulos de comodidad o amenidad.
Por ejemplo, la cúpula aloja a los dos relojes pero no se hallan encapsulados sino que comparten una pantalla más discreta al centro, donde se despliegan las últimas nuevas del vehículo así como del trayecto o del audio. Entre tanto, el HVAC prácticamente es calcado del egoísta coupé.

Agresiva, pero familiar
Destacan las costuras en rojo de las vestiduras tanto de los asientos como de los paneles del tablero, lo que otorga ese aire deportivo tan gustado por los entusiastas.
Eso sí, los asientos delanteros son más amplios –aptos para humanidades extragrandes–, y la segunda fila puede acomodar mejor a tres adultos de rolliza figura sin tanto problema; solo la ausencia de la cabecera central no la hace muy recomendable en viajes largos. En cuanto a compartimentos, abundan para placer de los viajeros empedernidos.
Y la cajuela observa muy buen espacio de carga; nuestro ejemplar analizado disponía de un juego de tubos para repartir o confinar mejor los elementos de viaje; excelente accesorio para esos efectos personales que siempre “nadan” en este volumen.

Corazón brioso
Para su movilidad, esta renovada Blazer recurre al conocido tren motor de sus hermanas; el V6 de 3.6 l atmosférico adosado a la transmisión automática de nueve relaciones.
En este caso se nota un mayor esmero en el escalonamiento porque se percibe más corto que lo visto en sus parientes. Ello da como resultado aceleraciones más contundentes y una escasa caída de vueltas del V6 cuando aceleramos a fondo. Excelente.

Como buena SUV de intención deportiva, la caja dispone de tres programas: Normal, Nieve y Deportivo. Ésta última concede al 3.6 l rozar la zona roja del tacómetro, establecida en muy buenos 6,500 rpm cuando pisamos a fondo; delicioso.
Si recurrimos a la posición L (Low), tenemos la facultad de seleccionar las relaciones mediante un incómodo pulsador (+/-) en la palanca de velocidades; su gran ventaja es que nos deja llegar al corte de inyección –casi 7,000 giros–, sin que cambie el engranaje, hasta que nosotros decidamos. Muy divertido.

Voluntariosa
Claro que con una masa cercana a los 1,900 kg no podemos hablar de reacciones deportivas. Sin embargo, la noble afinación del bastidor permite algunas alegrías en zonas de mediana exigencia, lo que sumado a la expedita reacción del tren motor, nos consiente para gozar de una conducción divertida, ágil, aunque con sus limitantes.
Por ejemplo, en zona de curvas esta Blazer exhibe un subviraje discreto acompañado de un ligero balanceo, aunque vale la pena aclarar que el segundo eje observa una fidelidad notable, muy agradecida, sobre todo en la consideración de ser este SUV un tracción delantera.
Por otra parte, la calidad de marcha resulta muy buena, a pesar de que las ruedas sustentadas en rines de 20 pulgadas no ofrecen tanta altura de la goma, aunque el clásico amortiguamiento –siempre suave–, nos hace olvidarnos de los tramos maltratados hasta cierto punto; el filtrado es mejor de lo que parece.

Mucha seguridad para la Blazer
Uno de los detalles más cuidados en esta Blazer es la seguridad activa; el radar es muy fino y no solo sirve para la conducción en vías rápidas pues también detecta personas o bicicletas con notable rapidez. A ello se suman un buen de alertas y ayudas que reducen sensiblemente el riesgo de accidente o atropellamiento. Notable.
Finalmente, el gasto de combustible no contradice el principio “musculoso”, con una media en autopistas del orden de los 12 km/l; en ciudad, mejor no se lo contamos.

Conclusión
Por un precio que oscilará entre los 640 y 760 mil pesos –la nueva Blazer llenará el hueco entre Equinox y Traverse–, Chevrolet se suma a la tendencia de carrocerías extravagantes en camionetas de intención familiar.
Una moda que le ha funcionado muy bien a las firmas premium y a otros autoconstructores masivos como Nissan o Toyota. Veremos si existen suficientes argumentos en estilo y atractivo para los futuros clientes, ya sea por amor a un ícono egoísta o por la nostalgia de un nombre que tuvo su gran momento hace 20 años.
UNIDAD PROBADA
759,900 pesos, a fecha de la publicación
MOTOR
Situación: Delantero transversal
No. de cilindros: Seis en V
Bloque/cabeza: Aluminio/aluminio
Distribución: DOHC, 24 válvulas, VVT
Alimentación: Inyección directa
Cilindrada: 3,649 cc/3.6 l
Diámetro x carrera: 95.0 x 85.8 mm
Compresión: 11.5:1
Combustible: Gasolina, 92 oct
Potencia máx.: 305 HP a 6,600 rpm
Par máximo: 365 Nm (269 lb-pie) a 5,000 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Automática, 9 velocidades
Tracción: Delantera
Embrague: Convertidor de par
BASTIDOR
Susp. del.: MacPherson
Susp. tras.: Multibrazo, 4 elem.
Elem. elástico: Resortes helicoidales
Estabilizadora del/tras.: Sí/Sí
Frenos del.: Discos vents., 345 mm
Frenos tras.: Discos vents., 315 mm
Dirección: Eléctrica, variable
Giros volante: 2.8
Diámetro de giro: 11.8 m
RENDIMIENTOS
Vel. máxima: N.D.
Acel. 0-100 km/h: N.D.
Consumo medio: 10.0 km/l
Emisiones de CO2: N.D.
CARROCERÍA
Tipo: SUV, 5 puertas
Construcción: Monocasco de acero
No. de plazas: 5
Peso oficial/báscula: 1,815/1,895 kg
Depósito de combustible: 83 litros
Cajuela: 430 litros
Largo/Ancho/Alto: 486/195/170 cm
Distancia entre ejes: 286 cm
Distancia entre vías: 168-168 cm
Espacio máx/min x fila: 114-94/93-68 cm
Espacio piernas por fila: 105/79 cm
Espacio cabeza por fila: 88-98/89 cm
Espacio entre codos: 154/152 cm
Altura piso boca cajuela: 77 cm
Anchura boca cajuela: 114 cm
NUESTRAS MEDICIONES
0-100 km/h: 8.32 s
0-400 m: 16.09 s
80-120 km/h: 5.87 s
100-0 km/h: 38.5 m
Consumo medio: 8.6 km/l