Por Gilberto Samperio Fotos: Carlos Quevedo Edición para online: Alberto Schmitter
Construido en la planta de Alabama, Estados Unidos, el Hyundai Sonata posee varias características visuales anunciadas hace tiempo por el hermano menor Elantra. Junto a los enormes grupos ópticos destaca el afilado frontal donde la nueva y agresiva parrilla denota su frescura; donde nacen las finas nervaduras que bordean suavemente la cintura y rematan sin grandes dramas estéticos en una cajuela relativamente disminuida -en el tenor europeo-, salvada visualmente con calaveras alargadas más que anchas.
Todo suma para lograr un impacto positivo a la mirada de cualquier automovilista. Luce ágil, atractivo y porque no, hasta bonito.
En cuanto al interior, el diseño no sorprende pues apunta a sencillo pero completo. Mejor comprobado vía el pragmatismo de las pantallas de información de generación anterior. Son pequeñas y básicas en sus funciones. Concepto discreto y sensato, pensado para un automovilista racional y frugal. Sin embargo, este Sonata en versión Limited incorpora un buen nivel de seguridad -seis bolsas de aire, ABS y VSM- y varios extras de comodidad mínima que eliminan esa odiosa sensación de que falta algo. Si hablamos de calidades, los ensambles y materiales están a la altura de lo visto en el segmento.
El espacio interior es notable, donde la segunda fila acomoda a gente de talla grande sin problemas, igual o mejor que en la primera. Y la cajuela, gracias a su boca ancha facilita la carga expedita de equipaje u otros elementos personales de buen tamaño.
Su movilidad queda a cargo de un tren motor muy competente: un cuatro cilindros de 2.4 l con distribución variable en admisión y escape que le permite una curva de par de agradecida planitud a pesar de que la cifra de potencia resulta competente. Lo mejor es su comparsa, una transmisión automática de seis relaciones que presume un escalonamiento muy bien logrado, casi perfecto para las posibilidades del propulsor, que dispone de tres modos: normal, eco y Sport.
Su marcha califica de firme, con un filtrado adecuado para sus pretensiones que lo determinan como un auto sedoso sin merma de comodidad.
Si bien arriba a un segmento difícil de penetrar -pregúntele al Mazda 6 o al Chevrolet Malibu-, el Hyundai Sonata juega con las cartas de la discreción y la sensatez. Su fisonomía es nueva por completo –apenas presentado en el Salón de Nueva York de 2014- y si bien no presume nuevas tecnologías de interacción como pantallas de gran tamaño o mecanismos de confort vanguardistas, cumple con los mínimos esperados del segmento. Su desempeño dinámico resulta muy satisfactorio, casi calcado al visto en los ejemplares dominantes como el Ford Fusion, el Honda Accord o el Toyota Camry.
Si su precio resulta acertado, podemos hablar de un competidor muy interesante a automovilistas pragmáticos antes que presuntuosos. Una buena oferta sin duda, pero que no seducirá a todos los consumidores de este perfil de vehículos.
NOS GUSTA
Estética fresca
Tren motor
Marcha sedosa
NOS GUSTARÍA
Pantallas más modernas
Estilo interior más provocativo
Motor más potente
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: L4, 2.4 l
Potencia máxima: 185 hp a 6,000 rpm
Par máximo: 241 Nm a 4,000 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Automática, seis velocidades
Tracción: Delantera
DIMENSIONES
Largo x ancho x alto: 485 x 186 x 147 cm
Distancia entre ejes: 280 cm
Cajuela: 460 litros
Tanque de combustible: 70 litros
Peso vacío: 1,530 kg
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 18.89 s
Rebase 80 a 120 km/h: 8.97 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 41.7 m