Por Ernesto Roy Ocotla Fotos: Carlos Quevedo Edición para online: Manuel Fernández
Hay algo que no podemos negar: la imagen consistente que la japonesa ha logrado en su cartera de productos renovados recientemente. La apariencia que a todas luces nos recuerdan a la CX-5 o el sedán de mayor tamaño de la casa (Mazda6), incluso con sus debidas diferenciaciones, es del gusto de los consumidores. La fórmula seguirá replicándose en el nuevo Mazda2.
A bordo de nuestra unidad de pruebas, las cosas siguen por la misma línea. De entrada notamos lo variado de las superficies que conforman el ensamble del habitáculo. Plásticos en su mayoría suaves, algunas aplicaciones en acabado negro piano o incluso una especie de ribete en el volante y las puertas que evoca el patrón de la fibra de carbono provocan que la estadía sea agradable.
El nivel de infotenimiento con el que cuenta la versión i Touring que tuvimos es completo. Pero también nos gustaría tener el soporte de bolsas de aire laterales, que hacen su aparición una versión arriba de la analizada.
Tras encontrar fácilmente la posición de manejo, podemos visualizar cada punto del auto al primer vistazo. El panorama que ofrecen los costados, el frente y los espejos permiten el dominio sin queja.
Puesta en marcha
Uno de las características que más llama a los nuevos consumidores es el encendido mediante un botón. Tal vez una prestación de comodidad pero este hatchback lo equipa de serie en todas sus versiones. Al presionarlo no hay un ronquido grave ni agresivo. Es un sedoso y suave ronroneo de un cuatro en línea de dos litros – que presume la tecnología SKYACTIV- cuya combustión da vida a 155 caballos.
Si el manejo que procuramos ocurre en ciudad o sus alrededores, la movilidad es más que suficiente. La mejor zona de funcionamiento del propulsor se ubica justo arriba de las 3,500 vueltas; por debajo de este regímen disfrutamos de un empuje suave y constante.
El mejor aliado para obtener el alto grado de interacción –y por ende diversión– en esta variante hatch es la caja manual que resulta una delicia. ¡Qué equipo hace con el motor! Los recorridos son cortos como si de un deportivo se tratara y las breves escalas entre marchas permiten jugar muy bien con el selector.
Así se saca jugo al nuevo chasis de construcción más ligera y rígida. A pesar de no calificar con la etiqueta de “deportivo”, sí agiliza su dinamismo al grado de meternos de lleno a la experiencia de conducción.
La obligada zona de curvas nos espera y conforme la recorremos encontramos dos detalles a resaltar. El primero: la neutralidad en los efectos de movimiento se logra muy bien, casi notable, si bien aparece un ligero subviraje inherente a su naturaleza de motor frontal.
El segundo tiene que ver con los neumáticos. Aún cuando su alto perfil aporta mucho a la calidad de marcha, cuando aflora la pasión durante el trayecto basta sólo un poco de confianza para escuchar el suave canto de la goma, pensada para durabilidad más que desempeño.
Bien plantado
El nivel de equipamiento en esta versión es completo. Tal vez existan otros elementos (Head-up display, control crucero, sonido Bosé, faros de xenón, mayor equipamiento de seguridad, etc.) en las siguientes versiones, pero con una etiqueta de 258,900 pesos, este “i Touring” aparece como una opción viable.
NOS GUSTA
Infotenimiento completo
Calidad de marcha
Posición de manejo
NOS GUSTARÍA
Más bolsas de aire
Neumáticos de mejor agarre
Mayor espacio en plazas traseras
Resumen técnico
MOTOR
Tipo/cilindrada: L4, 2.0 l
Potencia máxima: 155 hp a 6,000 rpm
Par máximo: 200 Nm a 4,000 rpm
TRANSMISIÓN
Caja: Manual, seis velocidades
Tracción: Delantera
DIMENSIONES
Largo x ancho x alto: 446 x 179 x 145 cm
Distancia entre ejes: 270 cm
Cajuela: 408 litros
Tanque de combustible: 51 litros
Peso vacío: 1,306 kg
PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)
0 a 400 metros: 18.46 s
Rebase 80 a 120 km/h: 8.8 s
Frenado de 100 a 0 km/h: 43.0 m