Potencia, lujo y las capacidades de un Jeep Wrangler para salir del pavimento, hacen de la Trialhawk la versión más completa de la Grand Cherokee.
Por Edmundo Cano Texto: Patricio Ortiz Fotos: Archivo
La denominación Trailhawk en los modelos de la gama Jeep es sinónimo de grandes capacidades todoterreno, algo que significa volver a la esencia del Jeep Willys y la verdadera filosofía de la marca. En esta ocasión nos tocó probar la misma SUV que ha sido favorita del mercado desde 1992, en su versión más adaptable a cualquier tipo de terreno. El lugar fue el Valle del Fuego en Nevada, un remoto desierto cerca de Las Vegas, ideal para probar las capacidades de esta bestia tanto en tierra y piedras, como en dunas de arena donde es muy fácil quedar atascado, cosa que no sucedió.
La Grand Cherokee en su cuarta generación está a punto de cumplir nueve años, muchos más de la media, aunque gracias a que año con año se ha ido renovando, ofreciendo nuevas tecnologías y actualizaciones de diseño, este vehículo está más que actualizado y al día.

En cuanto a diferencias de diseño, uno de los cambios más notorios de la Trailhawk es el sticker negro mate en el cofre, ya visto en algunas otras versiones Trailhawk de la marca, diseñado para proteger al conductor y los pasajeros del reflejo del sol y poder tener visión perfecta del terreno, además de dos ganchos de remolque en la parte delantera y un nuevo faldón posterior. Otra diferencia son los rines de 18 pulgadas con una llanta Goodyear Wrangler diseñada específicamente para todoterreno, y los logotipos en la carrocería de Trail Rated y Trailhawk.
En la parte delantera por debajo cuenta con una placa protectora que cuida el motor y la transmisión de golpes con el terreno, además de que la suspensión tiene una pulgada y media más de recorrido para tener mejor articulación y agarre, sobre todo cuando se trata de escalar obstáculos.

Por dentro sigue conservando el nivel de lujo acostumbrado de las otras versiones, pero con un par de gadgets extra como los asientos de piel/alcantara con el logotipo de Trailhawk bordado al centro, las costuras en color rojo, sonido premium harman/kardon, Apple Car Play y Android Auto ya conocidos, e incorpora nuevas opciones en la pantalla que nos indican cosas como la inclinación de la camioneta o la distribución de potencia a los ejes y cámaras para poder ver los obstáculos en el camino que resultan de mucha utilidad cuando uno está escalando piedras. Son cuatro modos de manejo todoterreno, Snow (nieve), Sand (arena), Mud (lodo) y Rock (piedras), o Auto, que es la opción que se adapta por sí sola al tipo de superficie.

La calidad de marcha es excepcional, con todo y las llantas todoterreno que en ocasiones pueden presentar ruidos o vibraciones, en este caso son casi imperceptibles, la sensación de marcha es al nivel de los mejores SUV de lujo, la respuesta del motor HEMI es, como era de esperarse, feroz, aunado a la caja de velocidades automática de ocho velocidades con paletas en el volante.
El equipo de instructores nos preparó y dio los tips necesarios para salir a las dunas, sacando aire de las llantas para dejarlas en alrededor de 20 psi para tener mejor tracción en la arena. Hora de colocar la perilla del Selec–Terrain en la posición Sand (arena), subir la suspensión al nivel 2 de 3 y dirigirnos a las dunas de arena. La primera pasada la hicimos con cautela, pues no queríamos ser el primer medio en enterrar una camioneta en una duna con semejante sol, y con serpientes de cascabel rondando por ahí, sin embargo, después de algunos minutos en la arena agarramos confianza y pudimos sentir el motor HEMI rugiendo a todo lo que da, mientras los que venían detrás de nosotros literalmente mordieron el polvo.

En ningún momento estuvimos en peligro de quedar atascados, simplemente con un poco de acelerador fue suficiente para traccionar en la arena suelta, eso sí, siempre cómodos con aire acondicionado y escuchando música con el gran sistema de sonido, lujos que uno no está acostumbrado al hacer este tipo de actividades con un Wrangler Rubicon, por ejemplo.
La marca Jeep es sinónimo de aventura, aunque en los últimos años nos ha entregado modelos que se alejan un poco de la verdadera filosofía de la firma.
La Grand Cherokee que siempre ha sido el Jeep más lujoso de todos, y que es más común verla en las junglas de concreto, ahora cuenta con una versión que se lleva todo ese lujo y confort a cualquier tipo de superficie, preferentemente una con mucha arena, lodo o rocas.
Precio
$1,019,900 pesos
Datos Oficiales
Motor
Situación: | Del. longitudinal |
No. de cilindros: | Ocho en V |
Bloque/cabeza: | Fundición/aluminio |
Distribución: | DOHC, 16 válvulas |
Alimentación: | Iny. multipunto |
Cilindrada: | 5,654 cc / 5.7 l |
Diámetro x carrera: | 99.5 x 90.9 mm |
Compresión: | 10.5:1 |
Combustible: | Gasolina, 87 oct |
Potencia máx. | 360 HP a 5,150 rpm |
Par máximo | 520 Nm (390 lb-pie) a 4,250 rpm |
TRANSMISIÓN
Caja: | Automática, 8 velocidades |
Tracción. | Integral emergente |
Embrague: | Convertidor de par |
BASTIDOR
Suspensión delantera: | Triángulos sobrepuestos |
Suspensión trasera: | Multibrazo, 4 elementos |
Elemento elástico: | Resortes neumáticos |
Estabilizadora del / tras. | Sí / Sí |
Frenos delanteros: | Discos vent., 350 mm |
Frenos traseros: | Discos vent., 330 mm |
Dirección: | Eléctrica |
Giros del volante: | 3.1 |
Diámetro de giro: | 11.6 m |
RENDIMIENTOS
Velocidad máxima: | 225 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 7.3 |
Consumo medio: | 8.5 km/l |
Emisiones de CO2: | 304 gr/km |