Es básicamente gracias al desarrollo de la plataforma CLAR de BMW que Toyota logró finalmente poner en las calles a su tan anunciado Supra. De no existir esta plataforma quizá no estaríamos publicando este reportaje. Porque los planes los tenía desde hace mucho, podemos remontarnos a 2007 cuando presentó el híbrido Toyota FT-HS, y claro, a 2014, cuando dio a conocer el hermoso conceptual FT-1. Para la japonesa, la preparación de la plataforma CLAR se denomina J29.
Por Edmundo Cano Texto: Gilberto Samperio Fotos: Carlos Quevedo
El renacido Toyota Supra apela a la todavía vigente nostalgia entre fanáticos y expertos de la industria de industrias. A pesar de que el bastidor (realizado en acero, aluminio, polímeros avanzados y otros materiales ligeros) y el tren motor no pueden ocultar su carácter europeo, la carrocería del nuevo Supra apunta al siguiente paso en la estética japonesa, siempre dentro de las condicionantes constructivas que impone la base bávara.
Las formas bulbosas del primer volumen disimulan en parte su origen como roadster vía unos faros más delgados, reminiscencia óptica del último Supra. A ello le sigue una cabina voluminosa, con sendas burbujas en el techo para cada asiento a fin de acentuar su aire deportivo; acompañan dos grandes branquias invertidas decorativas en las puertas que le dan otro aspecto al costado. Cierra un tercer volumen de igual voluptuosidad con un pequeño pero notorio alerón que remata muy acertadamente la zona trasera.
Claro, no podemos obviar los acentos de corte racing como el labio inferior de la fascia delantera que remata sus esquinas con unas mini aletas, recurso repetido en las branquias laterales y en la zaga. Del mismo modo, el aparente difusor trasero con el escape dividido cuyo centro visual es dominado por una luz en LED que evoca a los apreciados en los monoplazas de la máxima categoría, y que aglutina las luces de reversa y niebla muy atinadamente. Detalles que le otorgan mucho empaque a la fisonomía de este Toyota Supra, ahora de sangre teutona.
Ambiente intenso
Por dentro, las cosas cambian sustancialmente…para mantenerse apegados a la filosofía Toyota de sencillez. El tablero exhibe una simetría bien balanceada, donde la premisa horizontal –herencia BMW– prevalece en toberas, HVAC y equipo de sonido. Lo corona una pantalla táctil flotante que mantiene buena parte de la interfaz teutona, aunque debidamente restringido por razones obvias. En cuanto a la cúpula, sorprende la simplicidad informativa. Aunque es una pantalla digital, al centro figura en físico una corona numerada que da pie al tacómetro cuya aguja virtual nos ilustra el régimen del seis en línea. Mientras, la velocidad puede apreciarse en formato numérico a un costado del tacómetro o vía el HUD por encima del tablero. El resto de los indicadores son barras o gráficos muy sencillos, con un aire retro en sus acabados.
En la consola central afloran las economías, donde repiten palanca de velocidades y botones, aunque sin el toque premium de su donante así como algunos paneles –véase la botonería de las luces– y elementos que demuestran cierto ahorro de fabricación por su calidad al tacto como el volante. Eso sí, en descargo existen piezas en fibra de carbono que lucen muy bien, aunque no hacen juego con nada del resto.
Sin embargo, los asientos otorgan muy buen soporte sin ser totalmente de cubeta cuya estética resulta muy bien lograda, con su propio estilo deportivo como el bello inserto de aluminio a la altura del cuello. Muy bien.
Finalmente, tenemos una cajuela singular tanto por el portón como por su baja altura. Sí, es posible llevar algunas maletas en el Toyota Supra, pero que no sean muy grandes.
Corazón potente
Al igual que su donante, este Supra dispone de la excelente pareja mecánica creada por el eficaz seis en línea de 3.0 litros turbocargado afinado a 335 HP y la eficiente transmisión automática de ocho relaciones que ya hemos reseñado en otros coches, como su hermano directo, el BMW Z4. Este dúo logra unas prestaciones envidiables para las pretensiones nostálgicas que buscan aprovechar sus comercializadores asiáticos.
La respuesta del endotérmico al acelerador ocurre tan sólo superamos un tercio de su carrera y siempre en la medida que lo solicitemos: si somos suaves, la reacción será tersa pero consistente; si pisamos a fondo, todo confabula para lograr la mejor rapidez posible. Por cierto, sólo existe el modo Sport para que el turbocargado erogue sin preámbulos todo su potencial a las ruedas traseras.
Estas agradecidas reacciones le confieren una actitud ágil y muy divertida a este singular Toyota. ¿Su mejor ambiente? Las carreteras de montaña, donde su actitud califica prácticamente de neutral, gracias a una puesta a punto fina, que logra minimizar considerablemente cualquier intento de subviraje, balanceo o cabeceo. Si somos muy optimistas, el segundo eje apenas se insinúa cuando los cambios de rumbo sean muy tajantes. Ello nos crea la confianza suficiente para mantener un ritmo expedito sin miedo a perder la compostura ni la alegría. Notable.
Una circunstancia muy agradecida porque la suspensión del Toyota Supra califica de firme pero no observa la dureza de su alma gemela –el BMW Z4– y si bien la dirección no es tan fiel como nos gustaría, tenemos suficiente retroalimentación para corregir sin apuros o miedos. Por cierto, los frenos responden de maravilla, con buenas distancias y no se fatigan a pesar de las exigencias posibles en un coche tan atractivo como generador de adrenalina.
Balance
Con una etiqueta que ronda los 1.2 millones de pesos, no puede decirse que es un Toyota accesible al cliente común de la marca. Sin embargo, su propósito es renacer un nombre que fuese icónico en la década de los años 80 y 90, al punto de que es considerado un excelente soporte de mejora y desarrollo de los grandes especialistas posmercado.
Si eres un amante de los ejemplares raros y simbólicos de una época donde el rendimiento era la mayor premisa, como los deportivos de los años 90, éste puede ser la respuesta a esos anhelos sostenidos por una nostalgia que remite al viejo espíritu de corredor inherente a toda alma entusiasta.
Datos Oficiales
PRECIO
$1,149,900 pesos
MOTOR
Situación: | Delantero longitudinal |
No. de cilindros: | Seis en línea |
Bloque/cabeza: | Aluminio/aluminio |
Distribución: | DOHC, 24 válvulas, VVT |
Alimentación: | Inyección directa con turbocargador |
Cilindrada: | 2,998 cc / 3.0 0 |
Diámetro x carrera: | 82.0 x 94.6 mm |
Compresión: | 11.0:1 |
Combustible: | Gasolina, 92 oct |
Potencia máx. | 335 hp a 6,500 rpm |
Par máximo | 495 Nm (365 lb/pie) a 4,500 rpm |
TRANSMISIÓN
Caja: | Automática, 8 velocidades |
Tracción. | Trasera |
Embrague: | Convertidor de par |
BASTIDOR
Suspensión delantera: | MacPherson |
Suspensión trasera: | Multibrazo, 3 elementos |
Elemento elástico: | Resortes helicoidales |
Estabilizadora del / tras. | Sí/Sí |
Frenos delanteros: | Discos ventilados |
Frenos traseros: | Discos ventilados |
Dirección: | Eléctrica |
Giros del volante: | 2.0 |
Diámetro de giro: | 10.4 m |
RENDIMIENTOS
Velocidad máxima: | 250 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 4.3 s |
Consumo medio: | 10.9 km/l |
Emisiones de CO2: | 207 gr/km |
CARRROCERIA
Peso/báscula: | 1,570 / 1,570 kg |
Largo/Ancho/Alto: | 438/185/129 cm |
Dist. entre ejes/vías: | 247/159-158 cm |
Cajuela: | 290 litros |
Nuestras mediciones
Potencia: | 365.6 hp a 5,720 rpm |
Par: | 550 Nm (405 lb-pie) a 3,150 rpm |
Relación peso/potencia: | 4.29 kg/hp |
Potencia específica: | 121.94 hp/l |
0-100 km/h | 5.77 s |
100-0 km/h: | 36.7 m |
Consumo medio: | 12.3 km/l |
Costo de neumáticos: | $27,840 pesos |
Gasto anual de combustible: | $34,146 pesos |
Servicios 60 mil km | Sin costo |